5 poemas de MARIELA ANASTASIO | PR1MERA LÍNEA: Catálogo Curado de Poesía Internacional

5 poemas de MARIELA ANASTASIO. #Poesía Argentina
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En su reino

Lentamente la hoja de un libro danza
hasta caer sobre una montaña de iguales.
La yema del dedo acaricia los bordes
y un dolor finito abre en la piel un canal.
La sangre gotea dulce sobre unas letras desgastadas.
La mancha devora la letra “a”
Una reina avanza destartalada
por un tablero uniforme.
Se va a romper.
                                               Yo espero del otro lado.
Los ojos bien abiertos,
y la reina avanza pequeña y frágil.
Es tan delicada que no puedo más que amarla.
Admiro su delicadeza.
Me quedo quieta.
Me sumerjo en el sueño que propone
el caminito de palabras impresas.
Una mosca gigante le sigue los pasos.
 Me pica la nariz.
Me duermo.
 No quiero dormirme.
                                     La reina se desdibuja.
Un espacio blanco.
No hay ventanas.
Me invita a saltar.
Nos elevamos.
Murmuramos algo.
                                  Caemos.
El piso es de piedra, la noche es de piedra tallada.
Me duele la cabeza.
Me voy yendo.
Los huesitos me sueñan.
Se va a romper. Se va a romper.
                                                      (Se rompe)
Se quiebra mi cabeza
Los ojos enclavados en la maqueta la ven partir.
Yo la persigo.
Me desespero.
La persigo
porque su universo es hermoso,
                                                       Y el mío, es.                                                  

Deseo

Quiero degradarte hasta desgarrarte
Deshacerte
Desintegrarte
Desterrarte de mi cabeza y de mi corazón
y de todos los lugares en donde te hayas quedado.
Quiero olvidarte,
borronear los recuerdos
que se pintaron con lápiz.
Incinerarte, en una pira de cosas inservibles,
de cosas sin sentido, de cosas descartables.
Vas a pasar, como todas las cosas.
Pero un día pasaste sobre mí y me arrollaste.
El amor siempre lastima,
pero lo nuestro no fue amor.
No llegó a serlo.
Un pase de magia.
Una alucinación que se esfumó.
Vas a pasar, como todas las cosas.
Y yo también, yo también.
Porque lo nuestro es pasar, lo nuestro es efímero.
La vida es un soplo,
                                 que nos barre.

Sin título

Escribo
y cae la máscara oxidada que uso
siempre.
Y escribo, y desnuda,
escojo un disfraz que me proteja.
Entonces juego
a ser otra (aunque la misma).
Los personajes hablan de mí
y a pesar mío.
Entonces escribo para saber quién soy
y para descubrir que es FALSA la máscara
que llevo puesta.

La hilandera

Algo se teje en el Universo a mis espaldas.
Yo creo tener unos hilos,
me parece que día a día los voy disponiendo,
con paciencia,
conforme a mis sueños.
Así es que
como una hilandera silenciosa
hago y espero,
hago y espero.
A veces me canso.
Dejo lo que estaba haciendo.
Pierdo mi mirada a lo lejos,
con esperanza o con desazón
(según el ánimo)
y después retomo
indefendiblemente
en el punto que dejé.
Nunca es en vano.
Siempre estoy más lejos
-y por lo tanto más cerca-
de abrazar “eso”, que no sé qué es,
una felicidad intangible
por saber,
que esta telaraña minuciosa,
algún día atrapará
lo que estaba para mí,
                                   Destinado.

Cierto

Tenés razón:
la trampa de la poesía es caer en los lugares comunes
Yo digo que la poesía no tiene la culpa.
Es el amor
que es tan obvio
tan predecible
con esa fuerza que nos vulnera
hasta aniquilar todo lo genuino
hasta equipararnos con cualquier mortal
El tramposo es el amor:
                                           el que hace siempre el mismo chiste
                                           la misma estúpida actuación:
                                                                                                Presentación del idilio
                                                                                                Desencanto
                                                                                                                       y cierre.

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