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No hay edén sin humanos | Foro Verde #11

Foro Verde #11, una columna de Julieta Pirez Rendon


Recientemente en una popular plataforma streaming de contenido audiovisual, se estrenó una serie animada titulada “Edén”, dirigida por Yasuhiro Irie (director de Full Metal Alchemist Brotherhood) y creada por Justin Leach (Ghost in the shell 2: Innocence y Star Wars: Visions). La misma tiene un planteamiento bastante interesante… ¿El planeta Tierra estaría mejor sin humanos? Desde luego no es ni la primera obra que lo pregunta ni será la última, pero nunca está por de más dejar claro que tal posición radical está destinada al fracaso y esta historia de ciencia ficción aborda los motivos.

Este peculiar “anime” nos cuenta la vida y aventuras de Sara, una joven criada por robots, en un planeta postapocalíptico, pero a diferencia de otras tramas de ciencia ficción, esta realidad alternativa no es la de una Tierra devastada y oscura; por el contrario, es un mundo nuevo, regenerado en su naturaleza, con grandes árboles con frutos y praderas reluciendo de verdes con una brillante luz. Es un verdadero edén, un mundo natural inmaculado, pero donde curiosamente no vemos ni un solo animal, solo a una humana cuya única compañía son los robots y un par de ellos conscientes de sí mismos que la “crían” como su hija. Una situación que tiene momentos verdaderamente entrañables, lo cual es una interesante manera de humanizarlos y hasta de romantizar, la tan especulada singularidad tecnológica.

Voviendo a la historia de Sara, al crecer, aburrida de su entorno seguro, quiere explorar más allá de lo que le permiten sus padres robots, y descubre en este viaje que no es la única humana en el “Edén”. Ella forma parte de un grupo que fue criogenizado para despertar cuando las condiciones en la Tierra fueran mejores, sin embargo, otro humano despertó mucho antes que ella, el Dr. Weston Fields. El cuál al ver el mundo recuperado, recuperación que él atribuye a la falta de presencia humana que lo destruya (además de una tragedia familiar), cambia sus planes originales, transfieriendo su consciencia a una maquina. Así, se vuelve una poderosa entidad dispuesta a destruir a los humanos aún dormidos, para que estos, a su vez, no vuelvan acabar con su mundo natural perfecto. No es difícil deducir que, efectivamente, los objetivos del Dr. Fields se ven frustrados por la protagonista, la cual logra salvar a la humanidad. Y aquí viene de nuevo la pregunta ¿Rescatando a la humanidad salvó al planeta Tierra o por el contrario lo condenó de nuevo a la destrucción? Lo cierto es que, los humanos así como deterioraron el mundo, lo volvieron a “sanar”, aunque en la trama se deja ver que, se recuperó parte de la naturaleza (porque se insiste, no se ve un solo animal que no sea humano en esta serie) por la falta de nuestra especie y por ende, de su capacidad destructiva.

Este anime de ciencia ficción explora varias ideas que se han planteado en diversos campos del pensamiento, desde novelas de Isaac Asimov como “Yo robot”, hasta “la tragedia de los comunes” de Garret Hardin y su preocupación por la sobrepoblación o el movimiento transhumanista que alude al perfeccionamiento de la humanidad a través de la tecnología. Es una reflexión sobre el papel de los humanos en la Tierra y su anhelo de trascendencia. Lo relevante es que estamos en este planeta y tenemos una responsabilidad de preservar la naturaleza tanto si se quiere adoptar una postura antropogénica o de ecología profunda, o cualquier otra. Coincidimos en ser habitantes de este mundo, y que el mismo estaría mejor sin humanos, es un pensamiento egoísta y estéril; estamos presentes, y tenemos este edén, aquí y ahora.