Miscelánea WAV #11, una columna de Enrique Chávez
La game boy de Nintendo fue estrenada por primera vez en 1989 y descatalogada hasta el 2003. Si tomamos en cuenta la cantidad de versiones, accesorios y demás mierda tecnológica que le podías comprar a la consola, su vida útil todavía se extiende hasta el 2008, momento en que deja de producirse su variante Advance SP y comienza el verdadero auge de la Nintendo DS. Tuvieron que pasar casi 20 años para que esta consolita fuera desplazada del mercado, y eso habla muy bien de los nipones nintenderos y su concepto “family friendly”. La Game Boy fue tan exitosa que gracias a ella tenemos títulos míticos como el Zelda: Link’s Awakening, Super Mario Land, Pokémon Red/Green/Blue, Donkey Kong Land, Kirby’s Dream Land o demás ports y versiones alternativas de juegazos de los 90s.
Tenía 7 u 8 años cuando mis viejos nos compraron a mi carnal y a mí una Game Boy Advance SP color gris. A diferencia de la Advance normal, que era horizontal y regordeta, la SP tenía un look más cuadradito y compacto, perfecto para meterlo dentro de tu bolsillo y andarlo cargando por todos lados. Entre mi tío, mi hermano y yo nos la quemamos con juegazos que hoy persisten en mi memoria: Mario VS Donkey Kong, Peter Jackson’s King Kong, Monster House, Mario Party, Spider-Man 2, etc. La Game Boy nos acompañó un buen rato hasta que su diseño tipo celular abre-cierra terminó por desmadrar el display de la pantalla y nos jodió la diversión.
Haciendo un poquito de retrospectiva, la Game Boy ha sido uno de los grandes momentos de toda mi vida como nerd gamer y eso lo agradezco un chingo. Lo más bonito es que era fácil de jugar: cuatro botones básicos (A+B+L+R), un botón de start-select y una cruz de movimiento era todo lo que necesitabas para ser feliz y estar huevoneando todo el día. Para un nerdo pseudo casual como yo, la consola era, y sigue siendo, el cielo.
Hace ya un par de semanas que ando bien metido en géneros como el synthwave y el vaporwave. Para quien no lo conozca, y no los juzgo porque pinches géneros apócrifos, el vaporwave es una derivación de la electrónica experimental, el house y el chillwave que básicamente trata de emular paisajes tranquilos, medio weedezcos y espaciales, pero que, sobre todo, sustenta una estética depresiva, invasiva y entusiasmada en la nostalgia más aguda. Claro, hay de rolas a rolas, pero en síntesis así podríamos delimitar este género y sus diferentes experimentaciones.
Está medio raro porque uno encuentra muchas mamadas under en Bandcamp si escuchas estos géneros. El desmadre depresivo hace que te topes con compas mexas con rolas llamadas soy un pendejo en donde slowdean canciones de The Strokes. Total, ahí andaba de chismoso, escuchando artistas griegos-rusos con portadas de Homero Simpson encabronado o dibujitos de aliens, hasta que por fin me encontré con un álbum que en su portada referenciaba a un juego de la Game Boy Color, otra variante de la portátil, con pequeños toques de edición a lo pendejo y un aura de curiosidad bien marcada: inevitablemente conocí a reznorwave, uno de los proyectos más desoladores y fatídicos del sadwave y sus derivados.
El rollo de reznorwave es un poco heterogéneo porque no sólo se oculta en el sadwave o el vaporwave, sino que se adentra a los sampleos, beats y demás cosillas amorfas de la música electrónica. reznorwave, un proyecto por demás arcano y anónimo de Mercer, Pennsylvania, remata las expresiones más bajoneadas del sadwave con un sonido envolvente, inquieto y, hasta cierto punto, creepy. Como casi todos los artistas del sadwave bandcampero, reznorwave casi lanza un álbum por mes. Está bien cabrón el nivel de productividad de estos compas, sin embargo, acercarse a este tipo de géneros siempre es “acogedor”. Es como la primera vez que te chutas Evangelion: no entiendes ni madres, te asusta, pero te gusta.
reznorwave no necesariamente tiene que ver con este rollo bit de la Game Boy o con alguno de sus juegos, pero algo en su música, en su concepto artístico, me remontó a esos bellos momentos de friki adolescente y tengo que celebrarlo (y escribirlo). Por ejemplo, Unknown Displeasures[1] (2019-homenaje interno a Joy Division) nos abre sus puertas con una descripción bien bonita sobre los antiguos días nintenderos: “Plug in your old NINtendo console and start playing. […] Life is a game meant to be lost. / No cheats. / No multiplayer. / No joy”. Lo mismo pasa con Enjoy The Sadness[2] (2021), donde, en vez de hablar sobre Nintendo, se retoma directamente la expresión que engloba a reznorwave: la vida encarnada en el dolor: “life isn’t always sunny. / life isn’t always good. / life isn’t filled with happiness. / enjoy the dark days. / enjoy the rainy days. / enjoy the sadness”. Esencialmente, reznorwave es un proyecto de construcciones taciturnas y una buena opción para explorar un tipo de música más ligada a la creación de ambientes.
Estos dos álbumes, incluyendo externamente al depression session (2020), me parecen de lo mejor para meternos al vaporwave neo-nintendero de reznorwave. Rolas como drugs, fuckchop, some love, past, night, light y getting better forman parte de una sola estética pesimista que nos recuerda a los textos del tío Schopenhauer: el dolor es lo único que nos permite matizar la vida, disfrutarla, tal y como es. reznorwave te tritura mediante loops y detonaciones intangibles donde las voces, los sintetizadores y los sampleos hablan desde su pasividad y tristeza. Acoplarte a estos sonidos siempre es motivo de zozobra, incluso de ansiedad, pero vale la pena estar atentos y disfrutar de los paisajes surrealistas y slowdeados del vaporwave subterráneo.
Algo bien curioso de los últimos álbumes de reznorwave es que también se nutre de entrevistas a Trent Reznor, músico multiinstrumentista al que está homenajeado este proyecto. Aunque no hay un mensaje lírico como tal, las reflexiones sobre la agonía, los gatos, el placer y la añoranza del autor ayudan a identificar por dónde van los malviajes y memorias de este proyecto. El artista anónimo de reznorwave, del que sólo conocemos que es unx enfermerx, construye una mitología donde el vaporwave es una extensión de los recuerdos y la experiencia emotiva, todo ello encarnado a través de los sampleos de Trent Reznor y las múltiples arcadas que surgen dentro de cada pieza.
A pesar de que las rolas de reznorwave pudieran percibirse en una onda mucho más oscura y densa, no dejan de ser encantadoras a su manera. Recorriendo varios rincones de la contemplación, la serenidad y los problemas emocionales, los álbumes de reznorwave adquieren una cercanía difícil de lograr y conceptualizar. Yo lo agarré por la nostalgia del Game Boy, sobre todo por sus portadas y sus alusiones a Nintendo, pero estoy seguro de que todos nosotros encontraremos diferentes vínculos en las aulas metafísicas de este proyecto y sus géneros. reznorwave nos enseña que la depresión, la melancolía, el spleen romántico y la tristeza son recordatorios del porqué sufrir es parte indispensable de nuestra memoria y el quehacer creativo. No por nada dice la frase: recordar es vivir. Qué mejor forma de desollarnos que con un vaporwave repleto de paciencia, serenidad y con los brazos abiertos hacia el abismo.
[1] Unknown Displeasures https://reznorwave.bandcamp.com/album/unknown-displeasures-only-seikomart
[2] Enjoy The Sadness https://reznorwave.bandcamp.com/album/enjoy-the-sadness-only-seikomart
Más historias
La Risa: Desmitificando el Poder y Aligerando las Cargas Sociales | F es de Fantástico #33
La filosofía detrás de Full Metal Alchemist: Brotherhood | Té de guion #37
Europa como pesadilla | Después de la pantalla #09