Tríada Primate

Poesía y Humanidades

13 poemas NIKKEIS de JOSÉ NATSUHARA

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13 poemas NIKKEIS de JOSÉ NATSUHARA. #Poesía Peruana (Nikkei)
PR1MERA LÍNEA: Catálogo Curado de Poesía Internacional


TRILCE & EL LIBRO DE LOS CINCO ANILLOS

Ven, música interior, tambor golpeando trasnochado los bordes de mi cráneo & mi escudo abandonado a su suerte en los campos de Sekigahara, un cuervo pierde las plumas & se hace de cristal o de huayruro & refleja en su superficie los estados del mundo, la matanza indiscriminada que degusta un shogun sentado en la cresta de los montes dialogando con las piedras rosas de Maitreya. En una ocasión subimos las escaleras eléctricas & te paralizaste ante un set de cartas esotéricas con diseños de Tiziano; tus cabellos & caballos crecieron verdes & frondosos: una enigmática lista de milagros que me hacían verte hormonal & bicicleta, casi al borde de las mamparas del génesis, bajo un juicio kantiano que me delataba como un amante lunarejo de los códigos. Sopla sangre saltando de las cuerdas a los dedos, en medio de los gritos de las madres & los comensales está la vida & sus frutas rodando simpáticas bajo los pies infantes & bastardos de la guerra. Viejo Maitreya, acepta este poema que me ha dictado el sentimiento de culpa & que supera La Geografía de Sudamérica. Me encuentro solo & ahora no sé qué sentido tiene este camino en el que tecleo belleza extraordinaria en las paredes de las casas ajenas. Trilce apresuraba sus estudios de crítica literaria & su ritmo era aceleración termodinámica, es decir, cuando bailábamos, una fulgurada de potencial & serpentina tomaba hélices en su alto cuerpo de bandera. Estas han sido las olas de pinceles que  nos hicieron comprender tu serena métrica. El sabio nos atiende & clarinea. Hondamente respira el incendio & abre como gajos de mandarina cinco anillos que no prometen una vida eterna o las altas esferas, pero sí el soma de los trágicos guerreros & en los labios: una narcótica flor.

TRILCE SE POSA EN UN LIBRO DE INTRODUCCIÓN A LA VIDA ACADÉMICA

El mar inundó mis zapatillas & supe que estaba destinado al poder
                                                      & a tus ojos relinchudos que van & vienen,
a la fluorescencia de las flores, a tus caderas fosforito señalando
                             el camino de la sangre & las navajas amish atadas al tobillo,
    La bonne vie / A man’s got to do what a man’s got to do / repetías este estribillo
mientras arrojábamos mi cuerpo a las bestias & me decías rodeada de huaris e illimanis,
Este es el precio de escribir bonito:

El remix atrevido de la degradación humana en Mi Menor / El límite de la comprensión de
los placeres / Tu sed desorbitada persiguiendo las bodegas / La Iluminación Eléctrica /
Acostarme a tu lado cuando el granizo cae & el pensamiento es obra intocable a la espera
de un recién destapado Dios. Regreso de ti como
una experiencia que se da a los sentidos purificados de la challa & la fértil gusanera,
        regreso de ti sobre mis pasos vivo & amplio & leo a Whitman ¡El lúcido metralla!
muy dentro de mi corazón leo Hojas de Hierba & hay un viento helado que lo congela
            todo menos a mí, me paseo intocable entre combis desenterradas, fósiles
del futuro para una arqueología de lo sacro & esquizoide,

                                                        [doy tres vueltas en la cama]
                         & me muestras el revés de lo poético: o lo poético llameante:
          Un olor que apesta al abandono de tus padres. Tus temblores nocturnos generando un
rumor que me despierta al otro lado de la frontera peruano-boliviana, este odio
colosal que se arrastra por los cerros & explanadas, eso que convive con los sueños
& está al lado de la ternura de la infancia como una sonrisa negra & virulenta que se
esparce entre la niebla: Veo nacer bebés desnudos & sangrantes, larvas que surgen
espontáneamente de una costa peruana amarilla & abierta en un tajo irreparable.

         Hay un viento helado digo, que los acongoja a todos menos a mí, no me da miedo
morir como un Noé Delirante, & me abalanzo bien bacán sobre el infierno & veo desde
mi hamaca las olas & las surfers pastando el flujo de la conciencia.
El preludio de la chamba / bis dann! / bis gleich! / El secreto de la
rosa es desenfundar el lapicero más rápido que la desgracia.

Trilce se posa en un libro de introducción a la vida académica,
(ahora que ella & yo nos encontramos lejos, la distancia
le da significado a mis lentes de sol / al sol de mis lentes)
  & en la primera de las páginas se lee: Estas son también las visiones del ropero,
Una LUNA DE PAITA o una trocha
                      que asocia el amor & el pánico con el conocimiento.

Entonces camino de la mano de las bibliotecas & hablo con las muchachas que
      huelen a ansiedad & narcóticos / un vaho de adicción tecnológica inunda
sus manos / las tranquilizo / les regalo una moneda de plata de la mente
& me retiro mientras deslizo mi mano por mis lóbulos presionando fuertemente mi   
     corazón. Si estuvieses aquí te llevaría a ver el mar de Villa El Salvador,
te mostraría la facultad que se alimenta de
las preguntas más divertidas que han sido tatuadas en tu rostro de amapola & aluvión.

Fuiste tú la que inundó mis zapatillas & no este mar,
      & ahora llevo la cuenta a todos los restaurantes (que tu nombre se asemeja
a una mujer, a una academia & a un poemario de la nada), tengo la conciencia de lo que
este país mal que bien me depara,
          de mi propio destino de escriba & simio atado a la liana de lo oscuro, de lo próximo
en el poema por escribir que sabe a acero
& se enturbia en las esquinas de mi barrio,
en los míticos mercados en los que recorro el mundo
& recolecto todo lo que tu llanto de sirena desea que recolecte en una
bolsa de rafia a punto de reventar, mi amor, yo no conozco otra cuestión además de este
ritmo, esta búsqueda epiléptica rumbo a la autodestrucción.

Llegué en esta vida así a tus ojos: un ave de caza apellidado Pantera.
Un seguidor de lo que aún no es el mañana.
                              Un hombre peligroso & el sonido alegre de su tambor.

TRÓPICO DE CUSCO

Trópico de Cusco, cusqueñita helada        de cremolada y alma, adónde vas,
        llévame aunque sea en ataditos costalones que florecen en tus senos,
                          power points graneados por las noches calentadas de la luna,
donde pena mi pene en la olla de una estrella que responde a las cigarras,      
                          donde dice mi órgano enceguecido de la frente:
ten mi santo y seña de humectante poemada
      en tu rostro arrecha de dorada, de futura borrachita que
se cae pero se levanta / se transforma en energía de caminar
de tórtola protegida por las estampitas de mi chompa /
me arranco de los muslos dos botones para cercar tu trenza con mis dedos /
arropada por un beso en estos portales donde embiste el kaiju
que guarda los rubores de tus idas y venidas,
en tiempos de resaca, ten mi destino de pulpo imaginado
que se prende
de tus piernas
                          cuando crecen tensas y necesitan de estos labios,
de este signo que se llama lengua humana y que cree que señala,
pero Es, la lamida larga y amplia de carrera espacial marciana.
Veo el satélite acercándose a mi oscuro sol y a la campiña donde te bañas en el río,
adónde vas Discovery,
                    cuando quedo atrás de tu rojo vestido de glitch y de mueca,
cuando quedo en un bus         que cómodamente
        me hunde en mil casitas que veo y habito junto a ti,
y habito el mismo tráfico de Lima, en cada auto estacionado
/ yo pienso en ti / por horas, por décadas /
en tu respiración agitada en las alturas,
                   y me fumo la nube grisácea
                  de la ciudad y la neurosis como un purito Lucky Strike,
trepo a los pueblos jóvenes y recios trayéndote el periódico y café de las bodegas,
y también me seco con las mangas
porque sé, que no hay metáfora: cuando uno ya es feliz:
    adónde vamos, tú que lees la hipoteca de mis ojos de poeta, si lateamos al unísono
por las geográficas lecciones de surfing en la cresta de los cerros,
adónde vas, cuando quedo atrás, y quedo niño,
                   preguntando a mis amigos del colegio por la tarea de las voces,
a dónde vas
¿a los ramos y arrecifes de tu cadera idea despejando el sapo de mi mente?,
          ¿al recuerdo que pende de tu oreja y atraviesa en piercing todo miedo?
¿a un altar de yerba que esconde un inca que ronca en huaylas?
vas o ya te fuiste a un hilillo de quipu que araña el espacio-tiempo despacito
de origami abierto / vas o te quedas y me quedo /
             un gusano que alucina en girasoles: tu outfit, y tus valientes nalgas
que aprendí a saborear junto a las tunas,
y tan solo son tus manos (alejadas de la sombra y de los insectos de lo fémur)
                tan solo son el efecto del fantasma hirviendo de tus manos que
se embarran en el fango y me cosechan a lo lejos, 
                                          en las alturas incontestables del rubor.

SOL DE ECLIPSE Y PRIMAVERA

& sobrevuela la pentium de mis sesos / se distribuyen como migas de blunt
en las avenidas de una catedral blanquísima que es una pista de aterrizaje:       y de nieve
/ diosa hemorragia / niña                          costalera de crisálidas de chuchas
y últimos pitillos / Sol Negro que escupe al cielo razzo
un abdómen con cordilleras                  erectos fotogramas surcando clicks and hechicerías,
amarres de chacra de patas y humos jarifos / las miradas cruzadas
como espadas de crystal en tu torrente sanguíneo de lágrima fresca:
Tú eres también una droga pateada en la balanza.            
Una tesis estrellada de Nick Land para adolescentes / mientras los poetas cabecean en las micros tú
eres la visión del rito numinoso actualizándose en los pastizales de tu cuarto de fierro
y muslos de llave inglesa /          tú                  la primera generación que no 
le temerá a la muerte / te acercas a la palabra que te absuelve de toda resaca.
&  
     te observo, te estimulo el campo neural de los recuerdos      aún cachorros / 
eh! esta era la dorada comunicación que me prometió el talento que arrastro 
del pescuezo por las pampas de Lima & 
                            te observo  dulcemente  /
                            las ratas aladas de las ciudades sacrílegas del Imperio me prestan
                            sus pupilas / & mis ojos ahora son de un rojo led que 
    incendia de flashes las avenidas de las discotecas y las estaciones policiales / sobrevuelo 
desde mi estudio en las ruinas de la Luna
                             & te veo pasar la noche porque tengo mi mirada en todas las superficies
que te rodean 
& contigo rodean la belleza pura que florece en los almuerzos,
eh! este era el secreto profesional del cowboy master / de la poética de la paranoia
partidas alverjitas que comparto aún calientes
de mi plato a tu plato: esto es todo lo que soy y lo que seré / es un detalle, Sol
& te observo 
despotricar
                      / contra la investigación psicoanalítica del beso
                     / contra la escritura times new roman 12 interlineado 1.5
/ contra un mail que no te escribo 
    pero que sueño, oculto con la gabardina y el cigarrillo de la mente: me precipito a                                                                                                                 bombear con un inflador de bicicleta 
el tallo de todas las erupciones rivotriles / a tatuar en los adoquines el rostro
fiero de los sabios de Arabia
               / a mascar yerba fuscia atalayando las naves de la pléyade química del vino /
 acompañándote
   entre los arcos de piedra del halo de Arequipa, consumando tu voz que maúlla y bebe / 
niña bot del evangelio del inkarri / atado a la silla del búnker en la Isla San Lorenzo
me robas este cargamento de datos, planos borrachos de mi cuerpo / 
                                a mí me han enviado 
los santos asesinos del incienso que tiñe las ciudades antiguas de 
        duchasos de flechas oscilantes / es la escritura el comeback de los autos de carreras
/ tu sonrisa de esmalte imposible 
y tus vestidos de aguaimanto /
                                      el erupcionar del estratovolcán que lava los pecados del futuro
hasta inundar tus bailes a músculo vivo tiritando: Good Time Girl de Sofi Tukker / 
                     te observo 
                     y me conmuevo / mujer gemido 
& tú traes en el inconsciente la neo-poética de los ajíes marcando 
un círculo alquímico en las carreteras /
toda joven es su hambre / y tú                         eres                                            
                   tus brazos lisérgicos que hacen malabares percutiendo el tambor de la Tierra
exhalando sudor y sangre dorada de linces,
rotando 
la historia 
al compás de tu caprichosa fiebre
    de eclipse
                                                      & primavera.

JUAN JAPÓN: PIRATA ABISAL EN EL PUERTO DE PISCO-PERÚ

Juan Japón escucha las canciones de su abuela en Okinawa &
                                             juguetea con los perros, con los hijos del hombre
& es Razonamiento que se esparce en brevísimos relatos de kamis:
                   La cosecha es un punto de francotirador hacia el que las teorías de la genética
se compinchan con el humor
                                                                        de su sonrisa & su radiola,
Juan Japón ha llegado en una embarcación de campesinos
                                   saliendo de los malos pasos hacia los latifundios
& las raciones de caña de azúcar templando el carácter de los supervivientes,

Eh! Japón, tu llegaste a Hoja Redonda & eres el padre de mi abuela
         el día que moriste estabas en una cantina / & la cerveza estaba amarga /
leyendo al revés el periódico de hace un lustro / te extraviaste en la historia
                                                & tu cadáver nunca fue hallado
no te encuentran en las morgues, estás paseando aún bisiesto & cuántico
                 en los flashes de mesa a mesa. Pero esto es una mentira:

Lo cierto es que éramos conservados por  el espíritu de la sal,
nunca te quejaste & moriste sentado de una úlcera que te agujereó el vientre
/ llevabas                               un hueco allí donde estaba también tu corazón

& estos ya no son recuerdos de tu tiempo ni del mío, Luis Terao Hara 
                        canta un Huaylas & te bamboleas, al menos te imagino, como mi propio
viejo Maitreya,
a mi lado colocando los vinilos, La Princesita de Yungay afinando una raqueta & prendes
velas, sometes a la duda la experiencia corpórea de tu fantasma que escribe con mis ojos /
nadie ve las lágrimas que uno vierte en el poema /
                                                              la seguridad humeana de las habas
chancadas & gozadas en tu lengua, me ves aquí tecleando & te enfureces

¿por qué tanta tristeza?  era una enfermedad hereditaria
        yo a veces me corrompo, mi abuela es un canto que habla también de ambos & me derrito
ante la edad de los geranios que cuidabas / yo estoy también en esta misma hacienda

He fundado una capilla & reparto este conjunto de poemas,
el Invencible Bajo El Cielo somos tú & tantos amigos que hiciste, aquí mi abuela es una
matriarca que teje & obsequia ropones a bebés en hospitales,
prepara los consejos luminosos & yo me siento a su lado & apunto de memoria,
almaceno, proceso en largas noches que estabas tan vivo cuando
visitaste el Mar
      & a Rosaura, cuando llevaste azucenas arrancadas de todas las haciendas
& mejoraste el sistema internacional de vuelos a mis ideas de ternura incorruptible.            
    & extrañabas a tu perro lamiendo tus dedos
que se estremecían como este teclado pero que no sabrían decirte por qué te desplomaste 
                                cuando viste Urano, tú escribiste:

LA NACIÓN PERUANA DEBE ADMITIR ESTAS PORTENTOSAS MIRADAS,
LA SANGRE DE NUESTRAS CABEZAS A PUNTO DE REBALSAR DE IDEAS REVOLUCIONARIAS
QUE CAMBIARÁN LA DINÁMICA DE LAS PAPAYAS.

& dabas traguitos que llenaban tu cuerpo de
          imágenes emblemáticas como tus brazos haciendo de Perú un país fértil
& estas notas que pulsas a través de mi sistema nervioso:

La mera existencia de la luz
Implica
Una predisposición del alma
Para oscurecer el cosmos
A veces estoy
                     Mirando las gaviotas & me río de ellas a bocajarro,
                     pienso en la guerra & en el mañana que es verde           & pasado,
con un bisnieto que ya ha aprendido a dar sus primeros pasos hacia el sol.

EL OFICIO DE SER UNA MÁQUINA PARA CREAR BELLEZA Y CONTEMPLARLA

Las gatitas atraviesan mi corazón y se traducen en páginas de poesía
                                                             como esta y la que llevarás el siguiente año a tu casa
– si no termino también cagando esta interacción neuroquímica de Fiebre de Sábado
por la Noche – como se llevan racimos de flores o de uvas frescas
          a punto de deshacerse en tu boca,
todo, cada instante es una oportunidad para hacer negocios con este oficio, Papa Ghede,
Barón Samedi, cigarrillo y escorpiones en mano cabalgando
una araña entre las dimensiones,
                             a veces me veo a mí mismo midiendo el grosor de sus muslos,
secretamente – con una técnica perfeccionada de generación en generación:
con el uso de mi pulgar y mi índice como una escuadra masona sobre sus partes íntimas
Cada mujer no ha pasado en vano por la carretera peligrosa
por mi retablo que abro de par
                                                            en par, pero algunas han atravesado más niebla,
se han adentrado hasta la guarida del otorongo entre las lianas de chacruna
Algunas pequeñas vienen con sus propios accesorios,
un labial de sabor uva,
o un machete
para cortar toda la maleza que existe en mi mente y que crece arrechamente
                      y me cubre como un poncho a prueba de balas y de rupturas amorosas, eclipses,
asteroides interceptados por el Planetary Defense de la NASA en 2045,
                                                 Son exploradoras, prototipos de actrices de cine noir,
la curiosidad filosófica a la que Platón hacía alarde en La República
y esa picardía de Diógenes El Perro presente en cada una de sus curvas,
                                            y de sus medias sonrisas – como todo, una mujer, siempre es
una mujer a medias,
                                                 y sus respuestas encriptadas
                                                   y también perfectamente visibles a la luz de la experiencia.

Camino soltero y solitario sobre este mundo – y dejo regalos en los cementerios y debajo
de los árboles de manzana – gallinas sangrantes, cestos de peces, monedas fabricadas
artesanalmente en una herrería consagrada a los antiguos loas,
 y me abro y florezco en cada partecita
sin importar si está asfaltada o si solo es una trocha llena de delincuentes y gatos abandonados.

La belleza se puede predicar de lo bello, y yo soy una máquina de hacer belleza.

Pero también de contemplarla como comentarte en un chat: “Ey, qué novelas”
y luego dirigirme al ventanal de esta finca
que da hacia el corralito
                                       y hablar con los patos y las gallinas sentenciadas a muerte.
Los seres que ya están muertos hablan más despacio, más inteligentemente,
como si su cerebro fuese a explotar de sabiduría, sabes.
                                     La última gran cena de Sidartha Gautama fue arroz con veneno,
Simplemente camino,
                                      el maratonista sin tiempo,
el atleta  de la vida.                              Porque aquí hay vida.
Yo tengo en mis bolsillos las tonalidades
de todas las músicas que desearía haber compuesto:
                                                        “¿Please don’t leave me – Sahib Shihab”
                                                        “Canyon Lady – Joe Henderson”
                            un catálogo de colores para las telas finas con las que cubrirte del frío,
y sin embargo qué me queda, qué le queda al mudo si no este lenguaje
que ha sido denigrado por tanto leproso emocional en estos espectáculos de flashes y
lentejuelas llamado Ministerio de Cultura o Contracultura a secas,
Un poeta es un músico frustrado o un músico es un poeta frustrado, aunque no lo sepa,
la diferencia está en el conocimiento de la propia ignorancia,
de las propias miserias, un poeta es su propio instrumento – lo que más se acerca al
canto de la geometría prohibida por la Iglesia judeocristiana,
 que hizo arder a Giordano Bruno,
                                             primer científico de la pasión exacta
                            y a Lisa Tepes – la esposa de Drácula,
 carbonizada en nombre de La Santa Sede – primera pasión exacta de la ciencia,
                                                  La tradición de los bárbaros, la olla de barro que
alimentaba a los guerreros de Odín marcados con lodo y hojas marchitas,
Las páginas perdidas de los diarios de Giacomo Casanova
                                  se remontaban a siglos de encubrimiento, de seducción
de magia oculta en lo más hondo de los orgasmos
              el último territorio de lo salvaje, de lo individual, la última línea de defensa de la
Quinta Internacional,
nada pintan aquí:                                                      los fuegos artificiales sobre un estrado,
                                                              la matemática del marketing,
                                                                              el impulso de superioridad alimentado
por hordas de mocosos tratando de tocar el cielo a través de la mentira,
si hemos de expulsar de Grecia a los artistas empecemos por los tuberculosos,

Odi profanum vulgus, et arceo,

la lucidez de los laureados, los homenajeados por la generación de los sexos de plástico
disponibles en los escaparates del cibermundo;

Camino simplemente, side by side Lucy Monostone (terrorista psicópata dividido en
siete almas), lo que me convierte en un Dante sin moralejas:
                                                                         Multiple Personality Detective Pshycho,
la humanidad como el subproducto del proyecto Dethtopia,
los hombre mujeres y bestias no son más que maceteros cerebrales

INGREDIENTES:

-Carne humana con signos vitales
-Cerebro expuesto mediante el cráneo destapado como la tapa de una cacerola
-Una semilla plantada dentro del cuerpo calloso
-Flores creciendo dentro del cerebro hacia la superficie sin que el sujeto fallezca
la naturaleza humana: una hamburguesa doble que un rechoncho Dios masticará
cuando detenga su carruaje de estrellas
(el Anti-Arjuna del Bhagavad Gita) en nuestro sistema solar.
No somas más que un depósito de alimento divino. Un McDonald’s cósmico
con los pedidos volando a la velocidad de la luz por las autopistas de teseracto,

Camino mientras las cataratas de un exoplaneta me bañan en cerveza dorada, fría,
me entreno diariamente en estas claves esotéricas
                      y sé leer el tarot – y estafo a las muchachas en el Boulevar de Barranco
           y les digo todo lo que no desean escuchar – obra masoquista en plena faena –
y a veces lloran pero saben que probablemente solo bastaba con pasarles el ojo
                   por la silueta, leerlas atentamente como un manual de juego de mesa,
y acusarlas de herejes, de cobardes, de buenas hijas, de buenas esposas – y luego irme
como quien se va de los pueblos sin sheriff ni justicia, con un saquito de cobre;

No hay estafa cuando dices una verdad diciendo una mentira.

La poesía así como el tarot no puede ser más que una tautología,
verdadera en todos los estados posibles del mundo, y lo posible hecho real, es la magia.

Y pretendo descansar en esta arboleda entre el dolor intenso haber
apostado todos mis caballos al lucero matutino,
                                           apostar contra el experto, The Big Prize, no se puede ganar un
pase al paraíso (que es una barca para surcar el infierno) sin intercambiar algo de igual
o más valor: mi amor,
toda mujer es una mujer a medias, mitad la mujer que aún conservo en mí luego de
sacrificarlas a los dioses,
dioses de colores aleatoriamente – y cuando pensé que ya no tendría más leña qué arrojar
a las fauces de este pacto apareciste tú – y
Estas aquí en mí, aquí y ahora (zazen) – quizá no lo sabes como yo no sé algo tan simple y
verdadero como las matemáticas –
en el tiempo en el que me agarra la paranoia de nunca haber hablado con nadie,
de haber vivido solo todo este tiempo escribiendo en un idioma indescriptible sobre
cuestiones absolutamente estúpidas,
llegas con esta carga sonora que despertarías a todo mi barrio
y se prenderían todas las luces de este cerro de la parte sur de nuestro
día                 a                   día,
y será la fiesta,
                                    el cumpleaños abierto
                                             con los parlantes afuera en alguna bodega o el viaje en un taxi
escuchando la selección musical del chofer
en un USB maldito que sin quererlo explicaría mucho en nuestras vidas.

Me sacudo como un gato sobre el tejado y me apresuro a buscar un asiento
y contemplar el concierto permanente de tu existencia,
                          la ilusión óptica de los ángeles demonios, el chepi necesario para
recostarme en en la yerba y esperar a que me golpee la realidad una vez más – y
Papa Ghede venga hasta mí desde Centroamérica con su bastón de dandy
y me reviente los sesos,
¿habrá valido la pena?
                                el caminante, el vagabundo forrado de papeles con signos extraños,
el joven practicante iniciado en los periplos de una Lima invisible,
                       cómo poder pedirle más a la santa ruleta, y sin embargo estás aquí,
y digo que eres la última a la que desnudaré y apretaré las nalgas contra mi falo,
tardes de mar sobre San Bartolo,
y pienso inútilmente en que quizá este sea el momento de sentar cabeza y ser feliz;
pero así no funciona la máquina para crear y contemplar belleza,
y a decir verdad así no funciona nada, salvo el adiós. 

LA FLOR INVERSA: NOTAS SOBRE LA MUERTE Y LA BELLEZA EN TU JARDÍN

Con que me gusta dormir sobre las plantas

& a mí me has quitado el sueño. La belleza, que pulsa tu mundo,
es la descarga eléctrica de un tazer
         como castigo divino sobre tus muslos de muñeca brava. Cada uno
es uno mismo & el plato del otro, dulcemente comiendo de tus labios mermelada
/ Me enseñaste
a beber de una manzana / Me mostraste el cálculo infinito de las matemáticas / Una
comida a las afueras de los puentes de los locos – donde leemos en los periódicos
obituarios &
sudokus entintados con palabras mazacotes

me recuerdas un antiguo amor: más específicamente
me recuerdas a tu rostro, el día
de ayer.

No tengo memoria de haber crecido así de tonto proxeneta,
     sé que allí donde hay geranios & fotografías de la mera mente
hay también sendas mentiras / & humillaciones /
episodios oscuros de mi sangre nipona rodando
por los pliegues de la chompa convencido de que todo o es chiste
o se termina con la espuma de las olas.
(Yo también llegué a pensar:
ser un amor a la altura de la inocencia,
dedicarme a la enseñanza en una aldea perdida en Hong Kong,
hacer Tae Kwon Do mientras pensaba que las muchachas
me verían a lo lejos sin tocarme las corbatas azules)

Te presiento en este jardín como un sueño húmedo
en la noche de mi Lima (Lima es un abedul que crece hacia
el ocaso de los dioses)
& ¿sigues aquí? ¿viste cómo, a pesar
de llevarte de la mano a cualquier telo, también estoy lleno de dudas?
¿está uno realmente
en los otros como una propaganda en bucle de felicidad & sexo?)
te presiento casi con miedo, en una floresta en la que paseas sudorosa e instintiva
carrocita,
donde transitas iluminada por
               pastillas del insomnio & bombardas magistrales,
te imagino en el sagrado bamboleo
de súcubo que me saca del poema a divagar
sobre la audacia del secuestro,
iluminada por los eucaliptos
& las botellas de alcohol puro lanzadas por los drones,

te imagino descubierta / casi lluvia / casi toda / incendiando las azoteas, & los caminos
hacia ti.

        & me alcanzas,
yo,
que pensé que nadie me alcanzaba cuando corría hacia las playas,
hoy me ataca tu
ojo eléctrico
Y
creo entonces que
esto es la melancolía,        con la que te escribo rabioso, casi avergonzado,
porque cuando te escribo no estoy regando este jardín o
predicando en este salón de guerra
un salmo equivalente a esta dulce verdad.

ZEUXIS, EL QUE MURIÓ DE RISA

Poema libre basado en «Zeuxis escogiendo a sus modelos para la imagen de Helena de entre las muchachas de Croton» (1789), de François-André Vincent.

Uvas picoteadas por los pájaros que dinamizan el registro aéreo de las polis, el apetito dorsal de tus ojos que rotan en los entuertos más gloriosos & redescubren la tristeza de las moradas horas circadianas, tú también gozaste de este paraíso de flores artificiales entre brumas de enteógenos, vasculares campiñas de quién soy, de quiénes somos, de cuánto hemos arrebatado al universo chicoteante ¿Cuándo el motor de esta aviación engulle la tranquilidad de nuestros magmas, exactamente qué pinceles & martillos & huesos rotos para los monstruos sobrios de la caspa? Aún recuerdo a Jorge Chávez estrellándose en las navidades: tú doblaste incómoda hacia Plaza Francia una tarde en que la protesta descargó su ira en contra de todo lo distinto & apocalíptico, las gaseosas vencidas & los largos brazos de los estudiantes de ciencias sociales: una calumnia de columnas escaladas e hipotérmicas. Zeuxis te acompañó silbando mahometano hacia tus cajas aparcadas de colores, pintábase la mujer más perfecta, el eufemismo incoloro de la trágica nomenclatura, o era yo mismo, o me caí unas cuántas veces ese día a cocinarte bajo el sol de la revuelta, ¿consultaré a los astros, a las hemerotecas, a las papafritas descongeladas de febrero? Rasgaré todos los velos hasta llegar a tu lado, escupiendo metralla & excusas que racionalizan tu envidia & los complejos elásticos que sostienen los edificios allá entre el brutalismo & las genovevas. Sé, que estás jugando a las matracas un poco acongojada & carretera: yo te vislumbré allí, a la niña que nunca nació, la sola idea, la de los dedos rosados que apertura el amanecer con el chasquido, & a mí que me da que sólo en el papel estás ausente: El espíritu es siempre una misa a espaldas del mar.

He robado mujeres de todas las áreas de la investigación científica, he diseccionado ciervos, he olido amapolas hasta infectarme los sesos de la fragancia dolorosa de este hardware. Rosa bebe un mojito, nos tambaleamos por el Centro en búsqueda de una guarida & su piel es de cordero, me canta un tatatarara rara en la presencia de Esmeralda: He buscado debajo de las rocas calatas rematadas & he armado a tertulianos como puzzles, onomatopeyas que se expresan con un grito sordo en los telegramas. Qué desesperación, envío señales a mis maestros de Letras, me inclino a pensar en Trilce, en un solo aullido de 500 páginas en el que las leyes de la patafísica se tuercen hasta lograr la vértebra de la ayahuasca. O quizá el cielo samurai de las retamas: Cuánto más se ha de sacrificar a la belleza insectoide de la muerte & su obsidiana.

Eh! Zeuxis, tú recortas las notas de cinema, recomendaciones de vinilos & papayas bergantines que encallan en el hielo, marchas solemnes por la línea que divide mi vida de la vida de aquellas carnosas alambradas: & ellas son todo de una vida salvo mi mente & mi poema. Qué buscaba la vieja de los prados amanuenses cuando acudió a ti & te hizo pintarla como Venus Afrodita: te reíste & moriste con tu risa. Si he de aprender algo, es el humor que se destapa de las ollas, la progresión ad infinitum de las vías de extinción de lo genético, la memeica transportista saludando a las esquinas azuladas: esto es una pintura cuya realidad es una sarta de cohetes, cuál es aquí la coherencia, el salvoconducto por el cuál destilar tripas & camareras. Te tiendes en una amplia cama de plumas & seleccionas cada muslo, cada rojo tendón, mezclas en una noche una mirada de reojo en los pasajes, unas yeguas mansas oliendo la semilla, un cartel de alto voltaje, una trocha al lago ese que yo amaba. Este es un lienzo bello, dices. Este es un paisaje enriquecido con el cereal de los espejos. Este es el verso cristalino de mi alma que los pájaros confunden con aquella chiflada munición.

COMO UNA BESTIA PIDIENDO QUE EL SEMEN SEA FLOR EN TU MENTE

– Necesito tu cuerpo como tú estas palabras.
-Quiero a tus palabras como a ti cuando te desnudas para montarme.
-Sin ti no puedo vivir porque eres fruta que alimenta a las neuronas, todavía desconocidas, de mi sensibilidad.
-Tampoco yo sin ti porque cuando no estoy contigo me siento apática, solitaria
-Te necesito como el borracho a su borrachera, como la puta a los orgasmos que diariamente debe sentir.
-Y es que cuando dos cuerpos se acoplan es como si descargaran energía bio-eléctrica.
-El amor es un largo concierto que se produce en nuestros cuerpos cuando se encuentran.

Tú has venido hasta mí, este gabinete de trabajo donde yo te explico estas cosas, pero antes que vuelvas a desaparecer en el espejo te abriré las sábanas de mi pensamiento para que dejes rodar a tu cuerpo como en un prado con flores, tú serás aquellas dulces flores que yo solía traer cuando me aparecía ante ti para meternos en una película cuyas moléculas eran nuestros ojos. Tu cuerpo es el pecado que destruye mi desesperación y en la tarde cuando nos desnudamos, cuando ya no tiene más sentido hablar en conceptos, yo entro en ti como en un burdel. Entonces tu carne parece la vergüenza de lo perdido y yo acaricio tus nalgas en las que penetro hasta escucharte gemir como una bestia pidiendo que el semen sea flor en tu mente, y mi semen florece en tu mente. Tu cuerpo es un trago de licor que enturbia mi cerebro. ¿Podemos realmente existir sin una leve, irrespirable, felicidad?

COMUNICADO DE LA P.L.P. PROFESORES DE LITERATURA DEL PERÚ

(Para su transmisión en medios de comunicación impresos y electrónicos) Miércoles 22 de mayo de 2019

Yo soy un profesor de Literatura y combato el embrutecimiento. El parásito que nace, crece y se multiplica, que se jaranea en las ecografías amparado por las leyes del magisterio y las capacitaciones demenciales, infinitas que llevan a mis colegas al suicidio y a la duda comprensible sobre lo importante de cara a la vocación de mártires o superhéroes: el papeleo que se exige y se acumula, esa bola de sebo que se enquista en los cerebros y genera deudas y bancos persiguiendo y amenazando con inflar un tráiler con tus pertenencias. O la maravillosa experiencia de hacer clase y elevar una tiza como el imbécil eleva el puño y destilar un vino excelso del que solo se bebe cuando se piensa y se piensa siempre qué vamos a comer de almuerzo y en los principios libertarios de Rousseau.

Pero nuestras puertas estallan, los fierritos se quiebran y nos guardamos los último billetes en las medias a ver si eso nos alcanza (no nos alcanza). Y reconocemos a un alumno vestido de matón con el permiso judicial de la santa muerte. Arriba las manos, esto es un embargo. Y le preguntamos ¿Está bien la familia? Yo te conozco, eres de la promoción de menganito, de fulanita, tú bailabas saya bien bonito, te gustaba Alba y jugabas ping pong pa’ impresionarla en el recreo, y leías Truman Capote.

Arriba las manos, esto es un embargo. Chamba es chamba, profesor.

Está bien hermano, tú no aprendiste nada. No te vuelvas a cruzar en mi camino. Y le digo bye, bye a la mesa, al repostero, a una colección de películas piratas y los documentales grabados en VHS. Lo que duele más es que a veces ni tocan estos libros, como si se les cayera la carne, como si tuvieran chispitas. Y en el peor de los casos sí se los llevan en el tráiler, a venderlos por peso, 1 sol el kilo, y así sucesivamente.

Pero así sobrevivimos los perros grandes y combatimos este embrutecimiento que fomenta la publicidad que de nosotros hacen los canales, las bombas lacrimógenas que nos lanza la policía por orden expresa del ministerio, las campañas de odio con las que muchos padres de familia justifican el bajo rendimiento de sus gremlins. Ejemplo: Tu niño no es índigo, a lo mejor es un malcriado y tú eres un mal padre, una mala madre que lo abandonan en brazos de la TV porque la vida es celeridad y progreso y los negocios tienen poco tiempo para alcanzar la cúspide de fama, de followers comentando la entereza con la que miles de manifestantes salen a las calles a protestar contra la estigmatización de la María.

Somos profesores de Literatura y combatimos el embrutecimiento y proponemos un cambio radical de esta circunstancia histórica, por ejemplo:

Él contempla aquella muchacha en la azotea colgando blusas de nansú y gritando a lo lejos que esta noche toca baile en las primeras gradas de los puentes peatonales // Ella está cansada de trabajar de mesera en un restaurante a dos cuadras del parque Huayna Cápac donde celebran los megaconciertos, Tony Rosado, Agua Marina, Armonía 10. // Él lee a Dostoyevski y se mancha el uniforme escolar porque come y lee al mismo tiempo.

¿Es posible que esta estética en la que estos jóvenes intercambian sus sueños sea un milagro que entierre todas las constantes malas experiencias? ¿Las tardes en velas haciendo cuadrar los gastos de la casa, las insufribles mallas de contenido que nos imponen como si estudiar menos materias fuese una salida? Ellos también fueron nuestros alumnos y han aprendido, han hecho su esfuerzo.

Y entonces aparece otra muchacha que también contempla y reconoce a su compañero de clase leyendo un libro y a su compañera de clase colgando sus blusas de nansú y sabe, comprende, que desde esta azotea se puede ver el extenso panorama del país y que, detrás de los edificios de cajas y las gentes cogiéndose el corazón como si fuese a salirse de un momento a otro, allí hay algo de verdad y de alegría. ¿Esto también es conocimiento? ¿Esto qué es? ¿Es luz?

HE VUELTO, VENTILADOR ELÉCTRICO, A CANTAR LA INTELIGENCIA DEL MUNDO

& de una convulsión atroz, he brincado de la lenguateante tumba directo
a los ojos del mundo    me he armado un 2.5 blunt fibroso de prado, de la clínica
      he vuelto, triangular & rayo -al país trastornado donde la madre ya ha parido
      una masa inteligente llamada cuerpo, que imprime fajos calientes de verdes hipotecas
en tu dulce look de empresa fantasma,
pero también es cierto, puede componer un poema río & con él la música angelical
que destapa de un balazo los sesos del cielo, oh! Ventilador Eléctrico,
      Máquina expenderora del moderno rapto místico,
      Teléfono colgado en la estación espacial Alfa 4 Delta de mi corazón   
      vas escupiendo estrellas amancaes & fluorescentes quipus
      Asistente nigromante del canto de la ciencia de piernas robustas & bellas,
tú                     tú               sabes que hace dos siglos estaba jadeándote
      delirante              era una sudosa baqueta rebotando en un concierto de bebop
acercando mi rostro a la caricia de mi ancestro enamorando
las papayas maduras en las haciendas de Pisco            porque cuando uno está ordenando
papeles para despedirse
               lo invade este frío puneño cuarteando la piel del espíritu
               & uno observa a los que lo amaron aún sin conocerlo, pero lo amaron tanto,

oh! Ventilador Eléctrico,  escalera real en un juego furioso en el Royal Palace,
tú sabes que hace unas horas yo
        era tan solo una interna letra temblorosa     medicada con keroseno & águilas
cayendo en picado a la chacra a la que he de volver
con la casaca de cuero & mi mirada de dulce alambrada eléctrica
y conmigo también vendrá
   mi profesor de secundaria comentando un libro de relatos imposibles de Cañete,
   una portera que abre un ring similar a un altercado de cerezos,
   una niña, la más pequeña de los Llauce, que tendrá, lo sé, un poder sobre
   el lenguaje que la unirá a otros niños
  jugando a nombrar el futuro de sus padres & de los animales
que pueblan los viajes de la ayahuasca,

oh! visión asistida, lapislázuli. Hoy he abierto los ojos en un plato del hambre saludable,
sano colibrí agujereando el cielo,
& he dado la vuelta a la manzana de la muerte
he vuelto, para estrellarme contra todo el panorama hostil de la Literatura Peruana o 
abrir la palma & que allí se cobije un duende chaposo con el rostro de Cristo
             & para pensar en estos versos o en mi rezo de metralla impactando
como incienso o puñalada
Sabes, que le encomendé mi alma a los 30 dioses y hombres prehispánicos
que aparecen en el miasma junto al
gesto                   del silencio

     & aquí estoy, como el potro de las yemas de mis dedos de pianista a la altura de la
circunstancias
componiendo en el aire estas palabras, estos datos tristes de pulmones,     
esta ilusoria inmortalidad.

WHERE IS MORITA TAKEUCHI? BUSCO A MI PANA EL EXTERMINADOR DE PANDEMIAS

Where is Morita Takeuchi? De mí solo queda el mar. La peste de la gracia. Los asientos pintados del Matute en la complicidad del toque de queda en lo nocturno, ¿quién se queda, exactamente? la selva alta o la mala pata grone, veo una niña arder en una plaza, y sus vellos púbicos se levantan encendidos a la adolescencia temprana. En el nombre del Padre, del Hijo, y de la contención de las pandemias. Oh! alquitrán, carretas de suero! Pulula el fantasma de América punzado de camas y de pulgas. Soy un pequeño sujeto, atrapado en sus pequeñas gemas y pucheros, pero que en Bolivia Amish esté intacta horneando tres quesos, que todo lo que amo se salve del rumor apetitoso de las flamas. Where are you Morita, desde lo alto del Paucarpata, cultivado de cruces, se te viene a la cabeza la inmunidad de la raza cobriza, las líneas de Nazca siendo jaladas desde un C-27J Spartan. Se te vienen a colación las clases de kendo en la APJ cuando el sensei nos gritó que la disciplina se hallaba en el silencio, en los rituales del verano, en los ángulos afilados de la muerte purgando los pulmones. O eso pienso que tú piensas, ahora que engrapo papeles en los postes con tu rostro y mi teléfono. Sé que nadie sale de sus casas a leer, pero también es cierto que nunca se ha leído en Lima poesía que no saliera fuera del cliché del desgaste de las tabas, y el arroz chaufa. Pero extraño las palabras humanas. A Daniel Peredo encaramado al árbol de lo sacro, que algún día tenía que ser, “que no hay mal que dure 36 años ni fútbol peruano que lo resista”. Extraño a los colegas, incluso los que viven engañados, los virtuales simpeadores, las princesas yuconas que uno se llevaba al viejo catre. A ti chuleando en la residencial San Felipe un heelflip en tu skate de guatambú, tus conversas conspiranoicas sobre los Tesla y la prensa comprada y sus hipotéticas tarifas. La activación del bicho es un protocolo de la belleza incomprensible. El dios morochuco es una vasija que se resiste a ser huaqueada. La política de contención también ablanda a los más bravos, la vacuna ha sido creada en un laboratorio de Chincha, estos fueron sin duda los titulares de nuestra amistad, hermano. Una chiquilla se loguea en Zoom a su ventanal en Huacho, y medita en los decálogos estoicos que compilaste en anillados repartidos en los metropolitanos, ella ahora sabe que se puede vivir con tres mangos y un cerebro que le moldea a uno la boca, los dientes, los labios, la fisionomía celeste de lo que se dice, se hace, de lo que perdura, el honor y los retablos. Ella sabe ahora que también extraña. El retumbar lejano de una mamacha agasajada por una  familia de Huancayo, el combate de la música con el ladrido de los perros, el torneo de los jubilados de Al Capone chacoteando sobre troncos las apuestas a los naipes, la botella que cae y se rompe y uno encogiéndose de hombros, bendecido de vida y de sed. Where is my viejo amigo Sancho Panza Takeuchi, el ser humano es un animal que ignora el futuro. He llamado a Cinthia, la abogada corrupta con la que desayunábamos en Tambo cada que nos daba curiosidad si el color del alma podía cambiar con un café y unas notas de consuelo. Hay un abrazo interminable entre Cueva y Yotún. Y no, ella nunca guardó la dirección secreta de tu nuevo apartamento, ni se acordó de mi voz, y probablemente nunca haya hurtado nada más allá de una cerveza y unas toallas húmedas. Aquí quedó en el oblivion mis últimas chances de pasarte el dato que ya terminé ese poema japonés donde un tsunami inundaba el Tawantinsuyo. Aquí te informo que tus anotaciones estarán al pie de página, que fue un bello arranque mudarme a vivir solo en un piso de playa en Pucusana, he dejado de beber y veo a Trilce zambulléndose en la acuosa oscuridad como un arquetipo junguiano pegado a mi corazón. Aquí escucho por la radio, a los NSQNSC,  el yo vivo por Magdalena, pero muero por Susana. Escucho al presidente anunciando su romance con las curvas y martillos, y que felizmente se ha recuperado esa niña en Andahuaylas, y aquí cuando amanece veo por los prismáticos a las aves perdidas regresar a la costa del Perú. El histórico lazo de arrebol de cuando las olas que han roto comienzan a retroceder, a la patrulla epifanía del limeño oasis, al One Hit Wonder que Hunter Thompson tipea en un hotel de Kentucky bajo los efectos del Dunhill y las bañeras de champaña: Si tú no hubieses tenido ese acento paceño para el recitado, yo nunca hubiese aprendido a hablar de ti tres años al futuro: Ethel, Etanol, Trilce, de mí dejaste una bestia herida suelta en el rodeo incierto del paraíso. Yo también mantengo intacto este deseo de encularte, de servirte hasta que mi melena sea una saeta de nieve reconfigurando los cerros y sus chaskis. Sentado en mi mecedora, atendiendo el atardecer de mis pies sobre la arena, la cuarentena me retrotrae a tus besos y a tu altura reparadora de cama UCI; pero se mece el mundo (un abuelo risueño me ofrece medio kilo de pollo y hierbaluisa por la manguera con la que riego todo incipiente jardín) y ahora más que nunca me aferro a la posición colegial de firmes, de descanso, de permutada atención. Where is the primal conexion? la globalización pinchada se desinfla sobre los pueblos del Pacífico.  Aprendí en ese entonces que hay sapiencia en los conciertos oscuros, Ítalo, J. Morales y Gianella me extrajeron de aquel estado de gracia como a Stanley Goodspeed en La Roca. Me ayudaste a cargar mis muebles plegables por la Panamericana y la economía era una cosa de invertir en un caballo e imaginarnos ir con las apuestas al hipódromo de Monterrico los jueves a las 12. Entonces recordé por qué escribía en un principio, por qué la tragedia no ha de tocarme, por qué no he de permitir que toque nunca más a ninguno. Es el frío, mis vecinos me pasan la voz y continúo estático de pié conjurando un poema que es un balón de oxígeno, aquí falta el jovencito, el escritor. Y veo una fila serpenteante de canastas extenderse como un sistema circulatorio, retornar y alcanzar mis brazos y colmarlos de fideos, de tarros de leche, de celofán y arroz, y yo me descompongo un poco, sabes. Where is Morita Takeuchi, mi pana el exterminador de pandemias? en un episodio como este silbarías una canción de tu mp4 y aullarías, como en ese examen de shodo, ¡muerte a la ontología orientada a los objetos, a las ensaladas de alcachofa, y a todo signo de desgano y de desesperación! Beberíamos te filtrante mientras ordenamos en el suelo los vinilos de huaylarsh nikkkei heredados del bote de la basura y la cachina, entrevistaríamos a jóvenes que han abandonado esa careta de vulgares y sagrados papanatas, iríamos al borde de los riscos y practicaríamos con el bokken el corte del rayo escarlata o una pirueta que dejase una huella en la penumbra. Te extraviaste, junto a tu perro Atila en algún punto ciego entre el páramo del calor centauro y sus paradójicas espinas. Todos los negocios han de desaparecer así, a los 17 después del timbre iba a aquella repostería a comer pie de manzana y leer las noticias, me colgaba de un columpio con las piernas flexeando el ritmo y el armamento. Hoy ese lugar es una sastrería donde Maritza confecciona mis trajes para cuando doy clases de ética en contextos de adaptación y riesgo metafísico. Where is Morita Takeuchi? En cualquier estrado donde haga falta un hermano alentando el campeonato. Tú quizá pienses en tus héroes de la infancia, yo me acuerdo de esa gente chévere que me llevó a ver el mar.

BIBLIOGRAFÍA DE LA POESÍA PERUANA

El siguiente texto es un Poema-Bibliografía incluido como parte final del prefacio del poemario La Guerrilla Elegante (2019) del poeta olvidado en vida José Natsuhara. En él se resume una parte fundamental de la poesía nacional peruana. Una guía de lectura para los hijos del trompo y del emoliente.

-Vallejo, César. (1892: La Libertad). Poeta que saliste de la nada a bendecir el mundo: Despertaste & tienes conciencia. Caminaste 100 kilómetros de los barrios con la nariz rota & en línea recta por cada medio verso que destilaste de los labios – a la máquina – de esta máquina – a mis labios – & de sus labios – al universo entero. Despertaste & nos despiertas. Tienes conciencia & pesadillas & gritamos nonsense por las noches, & sobre tus camisas abiertas & sensuales estalla el ritmo de una ciudad similar a Las Vegas & a Viviana sola cantando salsa en la escalera. Ave César, sonero que da la clave de los desayunos en familia, nuestra patria era una orquesta pero tú eras aún más grande & te moriste, en París & en aguacero & rodeado del silencio te rajaste derecho a cuestionar al creador.

He ahí un poema humano también bellamente incomprensible. Hay un ritmo que acompaña el ritmo de la balsa tostada La Estrellita donde los pescadores huelen luminarias entre las novedades de la lírica del trompo & los peces saltan directo al limón & al navajazo. Esa escena marinera & marinada donde la forma no es superior a la materia & donde a

Hernández, Luis. (1941: Lima). no lo pescaron (pejerrey experto en aspavientos) con el carrete de Yellow Submarine en el interior celeste de su saco, en aquella plena función que nos proyectan & nos resistimos cholos teeeeeercos a ver de punches cruzados, como si el arte sucediera sin los chicos bravos que devoran frioricos & sin los amigos que cayendo van en fila porque los devora el friofeo. Yo amo el sol lila & lo recuerdo soleando la soledad de mis cabellos & caballos.

También tú te moriste, Billy The Kid, & tus cuadernos de medicina garabateados de epígrafes del rock and roll de los 60’s, sin los antidepresivos mezclados con papaya & con la caligrafía, la silueta del alma, el pan nuestro de cada día con el que untabas las frazadas. & no nos dijiste nada, nos mostraste. Wovon man nicht sprechen kann, darüber muß man schweigen. Que los locos & las anónimas combas tenemos el derecho a no prostituirlo todo con la publicación mediática del texto. Que regalar en verso & en exclusiva a los compadres & comadres era mejor para la aeronáutica & para las sagradas cuestiones del nuevo milenio.

Recién escapado palomilla del psiquiátrico, eh! tú, ahora que te conozco & contigo ese mundo inexplicable. Tú te lanzaste, te zambulliste (salto del fraile) a un tren que iba cargado de curas & patitos para saludar a Betty & tocata & fuga(r) en Re menor con Betty, the mother of cuack’s. & ahora que sabemos lidiar con la mugre que nos nublaba el parabrisas le dejamos constancia a la salud mental & a la rechoncha burocracia que: De amor sí se puede morir. Aunque de amor se viva. Pero yo vivo la vida más bacán. & me sublevo como

-Chambi, Estela. (1954: Puno). que corretea las vicuñas con una alegría de mística niñita & las campanas de la Iglesia tañen a lo lejos los quinuales & se confunde la cojuda el evangelio de San Marcos con un grito aymara más antiguo & más sagrado: La resurrección de las festividades & el consumo indiscriminado de la carne de uno mismo, la ingeniería inversa, el psicoanálisis. & me viene el flashback del bus a la frontera junto al amigo conspirando sobre el lago Titicaca & el Tratado del Magneto. Estos artefactos naturales que son nudos tapizados de estática & visiones lisérgicas & que unen un pueblo con un pueblo, la Guerrilla Elegante con otros títulos hermanos (el Drunken Fist, Sansei, Mecánico Migrante) & mis deseos de casarme de civil con la replicante, aunque ya dis que me odie & represente también un pasado histórico que haga temblar la identidad altiplana & sus 206 huesitos.

Aquí no hay dónde colaborar con el progreso, preferimos la tecnología prohibida de la extravivencia & Estela guarda los animalitos de la mina & la ruptura de cabezas, de los tajos abiertos en el cuerpo enriquecido de los infantes, que como buscando cobre los inversionistas, los grandes cocodrilos vienen a chapotear & no admitimos mentir al respecto a la prensa por un táper & unas tabas. A veces se padece lo impadecible & el verso se tasajea bien adentro & se asemeja a un cuadro de mi Arguedas donde la sangre de su sangre sonríe & toda desgracia es pasajera, porque a pesar de tanto aquí conviven los matices & nos oponemos rotundamente contra aquellos poetas populistas abusando de las descripciones de la pobreza, exageraciones, efectismos comparables a los programas de talk show & a los panfletos. Aquí las recalcitrantes diablezas, los lobos amapolas tenemos el derecho a revolcarnos en las huertas & colocar un yonke al lado de la tumba del abuelo & pelar el camote con cariño para el hermano aún cachorro & tan solo manteniendo esta verdad se podrá construir un país robusto & transparente & elegante como él solo, como los conciertos de violín de Bach &

-Valdelomar, Abraham. (1888: Ayacucho). jironeando por las calles del centro de la bestia con el salto & seña de los dandys & la mirada tensa a los árboles frutales dominando las bocas de los hombres, o como él decía al pie de los cañones: “El Perú es Lima, Lima es el Jirón de la Unión, el Jirón de la Unión es el Palais Concert & el Palais Concert, soy yo”. & el Palais Concert es hoy un mercado de perfumes & relojes & cambistas & lo único decente será una que otra baldosa rezagada, este síntoma líquido de la agonía de la estética que se aprende fuera de las discos frente al mar con esos lentes ridículos de Claudia. O la pirotecnia de un amanecer, vestido de Dionisio, filosofando acerca de la labor del genio en una época cruel, casi una blasfemia, una cachetada con el revés de la sandalia.

A ti te odiaron así, tal cual, hasta la médula de inventarse que te habías muerto ahogado ebrio de cara en un silo respirando caca & tú que te habías caído & quebrado el cuello en una escalera no eres el único, este es un huayco que pretende arrastrar la casa de los ángeles & que no sofoca ningún himno. Preguntabas en una carta por estos enemigos de las letras: “¿aún me odian esos mierdas?” & aquí estamos los pura cepa, los ekekos orgullosos de hacer el contrapeso, nuestros lúgubres mezquinos llevan también libros como panes bajo el brazo (bromatosos, muy mal redactados). & tú llevas una bella danza de tijeras & ellos chillan ante tus acrobacias, tu bata de Balboa & esta gallística espartana que acerca los prodigios a los juegos de luces de los puentes & a la locura de quien salta con garrocha más allá de los camales.

-Chirinos, Guillermo. (1946: Lima). con esa misma azul ezquizofrenia llenaba sacos de patatas con poemas & los remataba a sol cincuenta a quien tuviese ojos para ver, bolsillos para meditar. Voy buscando un hombre, voy buscando un hombre, gritaba hecho Diógenes con un plato de escabeche haciendo equilibrio en la cabeza. Idiota del Apocalipsis, te ganaste mis respetos & te internaron para que tu prosa sea un atentado a la yugular de los imberbes. & un buen día cruzaste el portal de una elegida Iglesia & gritando & llorando fuiste desperdigando tu manojo de poemas arrepentido de haber escrito tantas barbaridades que lo queman todo & nos conducen como un taxi embalado a las postrimerías del infierno. Sube, sube, al fondo hay sitio.

Eres lo que pronosticó el SENAMI, una tormenta que espantó a toda la escena musical, una bandada de pájaros surcando el smog como aviones de propulsión a chorro. Te comprometiste con la problemática nacional del autoestima & no de programas políticos de empresarios ajenos a la gastada de suela una tarde en las que se busca refugio en los hoteles. Idiota del Apocalipsis, quizá estamos encerrados en una simulación del Tártaro, sorteando vagabundos que llevan cultura en triciclos de chatarra & donde buscamos incansablemente el secreto de la producción de la bondad a mitad de precio, la máquina de escribir de

-Hinostroza, Rodolfo. (1941: Lima). que tú lanzaste de las escaleras de su casa cuando te respondió dónde & cómo escribía la contranatura de los salmos. Idiota del Apocalipsis, la hiciste añicos & él te expectoró a patadas de su cueva como nos contó una noche, pero repetía con cariño & de memoria tus poemas. & esto sucedió en tu casa, Rodolfo, viejo huevón tú también te nos fuiste & no fue posible publicar mi entrevista contigo, la cagada. & nos invitaste bocaditos, queso, jamón, galletas e Inka Kola. Aún guardo la versión del Tractatus Lógico-Philosophicus que me obsequiaste & era una versión gigante con el texto trazado con pinceles & gráficos colmados de experiencias laborales en períodos de hambre, lucidez. & cuando salimos de tu sala a conversar fumando a escondidas en el jardincito, los snobs de una revista especializada de España ya se habían ido & decidimos que el telón se había cerrado & podíamos ser solo un poeta colmado de bendiciones & dos aspirantes que no llegaron en condición de fans ni de discípulos (un joven siempre debe de estar a la altura de las circunstancias). Recuerdo cómo hablamos sueltamente, sueltos de huesos como se dice. & cómo mi amigo te contaba entusiasmado el proceso de pelar pollos en un mercado de Ventanilla. Esa noche regresamos a nuestros conos & vimos cada quien el peligro de insistir en un oficio que puede arrebatar la vida de un día para otro paseando distraído en las esquinas de un país ingrato & malandrín, & yo opté por hacer el kamikaze pero a mi amigo no lo vi más & para mí está un poco muerto (porque dejó de escribir) & he quedado con aún más responsabilidades bajo los hombros.

-Watanabe, José. (1945: Trujillo). tampoco abandonó esa senda jedi de los coyotes & les dijo a sus hijas que adoraba que no lo hicieran elegir entre su amor a ellas & el amor a la poesía, Amaterasu. La depresión se configura como una cigarra empapada de pasados donde el colegio es más brillante que el cáncer destrozando la piel de los bañistas. Laredo me suena a un dulce restaurante de campo a las afueras del cemento & los cenáculos, Laredo sirve platos criollos & hay un río con truchas dispuestas a la comunicación psíquica alienígena. & al lado está Macondo, Comala, Urgunda & Okinawa; Amaterasu.

La poesía encalla en las herencias familiares. Yo mismo, cuando esté más afilado & eso es hoy, escribiré de mi abuela japonesa & de sus aventuras en una hacienda poblada de fuego & de fantasmas & cómo se dirige mi familia como un ejemplo de amor & matriarcado. Eh! mi abuelita que es todo lo que soy & en lo que me convertiré, porque yo no soy yo, yo soy una multitud, yo soy un continente & mi apellido proviene de un exótico pirata golpeado por la guerra & que nos lee (de derecha a izquierda & pescando & criando animales en las páginas rosadas de los puertos iqueños). & tú, Watanabe me acompañas con esta tristeza de saberte uno & yo soy muchos & entonces ya no eres solo uno, somos ambos & esta cobardía posmoderna de no saber ni cómo ni cuándo ni dónde estamos parados no nos toca, Amaterasu. Somos ya un pueblo abierto dentro de otro pueblo & somos libres de llamar a

-Hidalgo, Alberto. (1897: Arequipa). & encarar los procesos históricos que signifiquen un paso hacia la libertad de los escritores más allá de los telediarios que nos enfrentan unos contra otros bajo la bandera de dos o tres corporaciones. Te paseas con esa barba de chivo & con una capa roja & las seños guardan a sus hijos & les dicen que eres el anticristo & los líderes políticos te odian porque expones la mentira & del insulto haces tu arte & del anarquimo tu praxis metafísica.

Gran perro negro tus ladridos retumban los tímpanos de las civilizaciones, existe el jilguero & su entrópica medusa de cables & señales del satélite ebrio, la inmediata baba inconexa entre jóvenes asustados & debilitados por los colores fosforescentes de la propaganda & el exceso. Pobres trozos de carne, basuras biológicas, alimento de gusanos. Luego se preguntan por qué la revuelta se apaga & por qué la sombra llega tarde a opacar las avenidas, & llegas con el ladrido gutural que se torna carcajada & explicas: El error de toda revolución está en la especie.

O es que cabe un pié de página o un proyecto totalizante en el que la humanidad o ciertas milagrosas niñas las de la historia se salven & esto es una propuesta,

-Cornejo, María Emilia. (1949: Lima). no deslumbrando, alumbrando la ruta oscura de un club de Toby & con ese apetito que daba hasta temor perder los dedos que se cortan con las páginas de los inéditos recién impresos, apuntando hacia el boom de una superestrella. Apareciste & te esfumaste como quien no quiere la cosa ni pertenece a un planeta que nos impide ser un hit con nuestras primeras canciones & que se mece entre las cargas de lo que deberíamos ser & lo que verdaderamente somos & que a veces no es posible contener en el mero pecho… & esta es una propuesta, es más fructífero una colega que no llegue al país como una invitada sino como una sutil integrante de los sueños, & que luego

otros poetas ya envejecidos jurados poéticos no vengan con los achaques oenegeros & premien en concursos a mujeres por una estúpida cuota de género. Esta es una guerra santa en la que solo pesa el poder de las palabras, el ritmo perfeccionado de los sables & las flechas, seas quien seas, vengas de donde vengas, comas lo que comas, vistas lo que vistas & con este hoyo en el estómago que amenaza con devorar a los padres & a los espíritus chocarreros; solo importan las palabras & el oficio. & se eleva el trigo limpio & María Emilia es Juana de Arco & allí donde está está por sus propias manos & por sus propios medios; esto es lo que en las culturas bélicas & soberanamente tiernas llamamos genio & esto es la propuesta, la belleza que rocía a todos los seres & que

Verástegui, Enrique. (1950: Cañete, departamento honorífico del fuego). sistematiza en un proyecto ambicioso & matemático como saltar la soga & beber una infusión de yerbaluisa. La dorada mente en la intemperie que transpira tras los arbustos construyendo magníficos aceleradores de partículas, betatrones de orgasmos proféticos, sentado grácilmente en una carretilla en Mauritania desde donde se constata que aún es posible aportar partituras peruanas a la expansión del firmamento.

Este sistema implica la integración de un número nuevo más poderoso que el uno & más poderoso que el cero, como nos lleva de la manito Fabiana para superar el temor a las alturas & visualizar el manto ancestral de la ciudad desde los teleféricos. & alcanzado este punto el poema es una máquina cuyos ojos son pianos donde tocamos una música triunfal. Verástegui recita como el operador de metáforas que son robots, inteligencias artificiales destinadas a la procreación del falansterio & en los salones se deja oír como una pesadilla o un diálogo sublime (doloroso) que nos postra acariciando el suelo, Asgårdsreien (1872) de Peter Nicolai Arbo, el trote & los cascos de caballos descendiendo divinamente con martillos & relámpagos al nivel mortal de los guardianes de la rosa.

Escribir esto en posición de loto en medio de los cláxons & los niños perdidos en la miseria de la prostitución & de los preparados, anular la tantísima bulla que nos embrutece & patear latas en las plazas & saludar a los campesinos armados con la verdad en frente de un estado policíaco. Quizá escribir desde la juventud pero sin esa otra juventud que saca el rédito económico & de ego a las batallas comunales, a los hombres & mujeres que solo viven & gozan sin la fotografía alzada de los puños & los viajes pagados alrededor del globo para implementar proyectos combativos desde un hotel & el disonante “¿ya viste la nueva agenda? está en mi insta story”. Escribir en ayunas & escribir inmediatamente después de haber practicado el coito & producir ondas de calor a tu paso & levitar por segundos sobre tu computador & ver una mujer pantera recostada en la cama comiendo uva Italia & soplar detrás de sus orejas & decirle “realmente te admiro & te respeto”

-Sensi, Flaviana. (1930: Amazonas). respondería a esto con un silencio sepulcral en una blanquísima hamaca bamboléandose magistralmente en Chachapoyas, pero sonreiría & ofrecería una adorable tarde en el jardín probando tiritas de cecina & Cabernet Sauvignon, eh! respondería Flaviana con el gesto que también es un poema, la dama educada en posesión de un secreto enterrado en el paraíso & vuela mi sombrero & nos sube a la cabeza el tranquilo tiempo & con las mejillas sonrosadas se confunde la terraza con el exterior salvaje del duelo. Da la impresión intuitiva e insana, que lo único que nos salva de ser engullidos por el caos demente de la jungla es ella & su mirada de bestia, el incendio diabólico que esconde en la alacena & que mantiene a raya las trampas deformes del vacío, el mondo & lirondo espacio que nos venda.

“Galopa el hambre / & lleva en el hocico la piel rosada de las musas, Ave Aneurisma / se escucha el aullido de Allen & Stockhausen: los niños terminales orgullosos de la estafa de la vida / en la cultura / de la cultura de la vida. / Galopa el hambre. & los centauros se acercan aplastando margaritas.

Au revoir, al misericordioso arte de los jóvenes / los colegas verdes que conspiran / Inflando entre ellos la flácida bengala / globos de aire / emociones líquidas / la diarrea / & su lamentable Pedomancia”

& galopa Flaviana recitando Withman & pasajes de los vedas, & aparecen unas huellas de otorongo tras la verja, o es quizá el paso & el peso de un ciego & alcohólico arquitecto, ese que con su nombre

-Adán, Martín. (1908: Lima). se convierte así nomás en el primer hombre en redactar una tesis doctoral sobre el barroco, desde las instalaciones del manicomio Larco Herrera. & en el bar Cordano Ginsberg se escandalizó, típico aprendiz de budista, cuando aplastaste una araña que te salía del sombrero. & le preguntaste sincero & picaresco “¿por qué escribe usted porquerías?” & desde ese momento ambos se hicieron uña & mugre & la calidad del maestro quedó atestiguada para la posteridad en las servilletas & posavasos de estas murallas citadinas. Adán exiliado por cuenta propia de la fama & las labores “estupendas” del trabajo.

Le mandaste una carta de respuesta a una periodista argentina donde le recomendaste que si quería saber algo de ti mejor se fuera a ver el mar, es decir que se fuera un poquito a la otra acera, pero que intensase rodearse de seres queridos porque cuando uno se hace viejo la soledad no alcanza para estar ni solo ni tan siquiera viejo. & mostrándole las calles del centro a mi jirafa hurgamos con ella los puestos de libros usados & leímos a viva voz La Casa de Cartón mientras pedía más picante en las porciones de rachi & anticucho. Yo casi lloro, ¿a ella tampoco la volveré a ver? Pero tu libro no deja de florecer en mi recuerdo, tus ojos de adolescente barranquino como un colegial & tu idioma de salamandra ofreciendo el fuego de tu espaldita a las parejas (yo & tú que ahora de seguro me estás leyendo, yo te digo que regreses, aquí tienes un azulito playero & un koala), todos podrán argumentar que acabamos del mismo modo en el mismo complejo de tumbas & claveles, pero ese no es el quid del asunto, lo esencial es cerrar los ojos & saber que no se desperdiciaron oportunidades, que estamos vivos y somos un grandísimo poema; una dulce carretera, mi amor. &

-Campofé, Cristóbal. (1939: ¿?). aún fascine a los amigos en las cevicherías bravas & porte como estandarte de las causas perdidas & ganadas una carpeta guinda de poemas. En Chorrillos & en la presencia de nuestra señora santísima Eris discordiana se tiñeron de sangre las residenciales, se cuenta que perseguiste desnudo a un tal Álvaro Salgado & con un martillo le abriste en canal el cráneo & todo ello por haberte robado & recitado uno de tus textos frente a la bella línea de bodegas. Todo esto se cuenta de ti Cristóbal & cae la tarde como una parálisis que nos mimetiza con los transeúntes que van de la oficina de correo – al paradero – al mercado a comprar papel higiénico & arroz & aceite de oliva & algo más que lleva las iniciales de las próximas palmeras creciendo saludables & señalando el enigma de desarrollarte a pesar del clima & la topografía, vamos, lo que es dominar tu entorno & convertirte en el depredador más ecléctico de la cadena evolutiva.

Tú conociste de cachuelos, cargaste sacos de camotes & te fortaleciste como un adonis & las hernias fueron tan solo un mito de los griegos, zarpaste en un barco de mercancías a Sudáfrica & te sentaste a descansar & a creer en ti mismo como un advenedizo rival del trono porquerizo. Creo que boxeaste en el gimnasio de tus tíos & gritaste que la década del 60 era el prefacio de tu carne siendo la eucaristía o un ritual pagano de vikingos. & un gancho tuyo era el fin de cualquier otro poeta & ahora llega el conjunto suculento, tus campeonatos mundiales, tus partidos de tenis, tus rugidos de lápiz, tus impulsos de quirófano, tus alas de platino, tus goles de media cancha, tu campo visual expandido por las lentes telescópicas del revólver, tus caras multifacéticas de actor de cine, tu verso limpio & puntiagudo como un silencio asesino. & esto es un aviso de lo que vendrá a continuación

-Varela, Blanca. (1926: Lima). alcanza el satori. & la ecuanimidad se origina en lo profundo del corazón de un recuento fragmentado del talento: Perú. El rocío de la jora & el sudor espléndido de un mochica enfurecido. / Don’t touch me, I’m a real live wire /. Yo no opto por las antologías, opto por los panteones & la consecuente guerra todos contra todos, la eugenesia literaria. & fue menester una chamba ardua en la que mis nalgas se coronaron de músculos & los días & las noches cayeron sobre mi escritorio, sobre la bitácora de viaje, en cada uno de los ojos desorbitados de la infamia & la impaciencia. Varela se deshizo de esta pose que arrastró medio país por el desagüe, la bohemia, el destino trágico, la debilidad de los albatros, la feria clown multitudinaria de las artes, las familias disfuncionales & su prosopagnosia, la histérica voz de la razón emputecida por la liquid society.

& aquí estamos, aquí resistimos & almorzamos cuy chactado

-Varios Autores. (00000000: vera effigies). Tomás Ruiz & una editorial llamada Camión & su paso por las rejas al ganar un concurso de poemas. Este Tigamfs, planeta de sci-fi que leí en un rito caoísta o cómo hacerle al Sechura el desayuno en luna llena. Arturo Corcuera & un Tarzán que es Johnny Weissmuller creyendo ser Tarzán & balanceándose en el manicomio & carteando a Jane que no responde al llamado Auuuuuua ni ella ni Chita que eran varias monas contratadas por la Metro-Goldwyn-Mayer. & Sebastián Salazar Bondy & el retrato de una Lima la Horrible que atrae como polilla a la Santa Anarquía que zapatea en los bautizos, a la innumerable araña que medita en los parques transparentes de los soliloquios & es vereda que compite con la franca muerte. “Una veredita alegre / Con luz de luna o de sol / Tendida como una cinta / Con sus lados de arrebol” & Chabuca Granda & toda esta herencia de valses & cajones & cucharas marcando el paso del caballo de paso. “Perfumada de magnolia / Rociada de mañanita / La veredita sonríe / Cuando tu piel acaricia”. & Antonio Cisneros & sus cuatro boleros maroqueros & esta alegría de saber que si estamos solos durará más el nescafé & las cuchillas de afeitar el triple & tu voz es una dulce caña de azúcar, mi amor. & Enriqueta Beleván & sus discos de Bob Dylan & Raúl Deustua & su arquitectura del poema, que aquí yo convertí en la arquitectura del suspiro que es un plagio necesario de tus ojos & Juan José Lora Olivares & la lluvia que hace li la li la la li & Eielson enmascarado de cosmos & que comenzó a vendernos un montón de nudos & pavadas & Juan Gonzalo Rose & la dimensión exacta donde te canto & viroleo & con esa voz de Lucha Reyes tan violenta & tan huayruro. Todos juntos resistimos, los despiertos & concientes, los poetas que salieron de la nada a bendecir el mundo.Lo que en poesía significa: Somos muy hermosos, una casa de campo, unos conejos libidinosos, una aceitada bicicleta de guerra. & esto es una propuesta, un resplandeciente futuro. Amén.


JOSÉ NATSUHARA

[Lima-Perú]. Director de la plataforma de poesía y humanidades Tríada Primate (www.triadaprimate.org). Es director de la Colección Total de Poesía Peruana: Mapa del Perú. Curador jefe en PR1MERA LÍNEA: Catalálogo Curado de Poesía Internacional. Y galerista en GASB: Galería Sam Bellamy. Conduce los programas Podcast Primate, y PIENSAPRIMATE. Ha estudiado Filosofía, tiene especializaciones en Electrotecnia e Inglés Británico, y actualmente estudia Psicología. Ha publicado: La revista Monólogo [2009], la revista Primate [2017-vigente], el fanzine a-ISLA(miento) [2020-vigente], y los poemarios Oh! Dios cabeza de escopeta  [segunda edición 2020], La Guerrilla Elegante [segunda edición, 2020]. Su obra ha sido publicada en Bolivia en la antología personal Teclas metafísicas que abren piernas insospechadas [2018].