Versailles Anime #21, una columna de Francisco Maldonado
Esta columna tiene SPOILERS del manga y el anime de Naruto.
Naruto es sin duda uno de esos animes que no todo el mundo se atreve a tocar, más que nada por el valor sentimental que este tiene para la mayoría de personas que son parte del mundillo otaku. Esta historia marcó y fue parte de la infancia o adolescencia de muchos, nos acompañó durante tantísimos sábados por la mañana (en mi caso), y mientras crecíamos las opciones para verlo o leerlo eran muy pocas. La vida transcurría en conseguir un buen video vía Ares y que este no contenga demasiado virus o sea directamente pornografía, del manga mejor ni hablemos porque las implicaciones eran otras. Pero lo cierto es que todos esos impedimentos que hoy en día pueden parecer absurdos, hicieron que amemos más nuestras series favoritas, y entre ellas a Naruto.
Realmente creo que este es uno de los shounen de peleas mejor escritos, al menos hasta antes de su muy extraño e innecesario enemigo final. En las próximas dos semanas voy a abordar la que para mi es la mejor saga de toda la serie, hablo obviamente de la Saga de Pain. Quiero anticiparme y avisar que quizá me repita en algunos conceptos en ambas columnas, pero todo será en función de llegar de manera consistente a la conclusión que hace un mes me planteé luego de planificar las columnas que iba a escribir. Esta vez no las voy a llamar parte uno y parte dos, ya que más allá de que como dije antes, me repita en ciertas ideas, el marco general de cada columna será distinto. Sin más que agregar a esta justificación maquillada de introducción, comencemos.
Pain es el mejor villano de Naruto, quiero empezar dejando claro eso. Dejando de lado los errores de guión en Madara y Orochimaru, la saga del líder de Akatsuki es una obra de arte. Pero ¿Qué hace a Pain el mejor villano de Naruto? Creo que podemos resumir una larga respuesta en: su ideología. Cuando empezamos a leer Naruto, el manga nos muestra a Konoha (aldea natal de Naruto) y a todos sus habitantes como unos héroes, y resultaba ilógico pensar que algo estaba mal en lo que hacían. Esta es la historia de Naruto Uzumaki, un niño aspirante a ninja y con le sueño de convertirse en Hokage (líder de la aldea). Desde pequeño tuvo muchas figuras a las que quiso imitar, el cuarto Hokage, el Hokage de su generación, Jiraiya, Kakashi y demás. El punto es que Konoha era pintada como una ciudad de héroes, de donde salían los mejores ninjas, y que los malos eran todos de las otras aldeas. El mensaje que enviaba la aldea, ese slogan de la voluntad de fuego, era lo que nos hacía estar del lado de esta villa.
De pronto (y no tanto) aparece Pain, quien es el líder de la organización criminal Akatsuki, y en un espectacular discurso a Naruto, destroza por completo esta idea de que Konoha era la villa del heroismo. Pain le agrega a la historia algo de lo que realmente carecía, le entregó perspectiva. Nos cuenta que mientras los grandes países disfrutaban y se llenaban sus egos debido a sus victorias en las constantes guerras, en el medio había países que no contaban con un poderío militar que les permita al menos defenderse. Al final estos países terminaban destruidos y jamás recibían ayuda, porque países como el del fuego y su villa militar Konoha, estaban muy ocupados construyendo un legado. Pain tenía razón, la figura de los más grandes héroes fue erguida en base a que países pequeños padezcan su poder, como, por ejemplo, los Legendarios Sennin. Para nosotros, Jiraiya, Tsunade y Orochimaru representaban la cúspide del poder, del honor y de la voluntad de fuego de Konoha, pero jamás vimos el otro lado, los tres habían perdido la cordura un poco.
Pain narra la historia de que cuando los conoció, tanto Tsunade como Orochimaru dicen que es mejor matarlo a él y a sus amigos para que no sufran más. Obviamente estos grandes guerreros son humanos y pueden equivocarse, pero si tomamos como base lo que sabíamos hasta antes de esa revelación, los únicos defectos morales que se les encontraban eran las apuestan en Tsunade y que Orochimaru fue un traidor. Nadie nos contó que, si estos héroes estaban en otro país, no dudaban en matar niños inocentes, porque según su juicio, estarían mejor así. Pain revela todo esto y cambia por completo nuestra perspectiva de la historia. Es muy complicado que un solo personaje logre algo así, ya que, la mayoría de las veces, el personaje que dice este tipo de cosas queda como un resentido o como alguien que no evalúa los eventos de manera neutral. Pero Pain no, él ya lo había puesto todo en una balanza y quien le da valor a todo lo que había dicho, no es ni más ni menos que nuestro protagonista, Naruto.
Naruto intenta argumentar con él, tratando de decirle que todo lo que cuenta es un invento. Pensemos en esto, tal vez Pain estaba equivocado, él es un villano, mató a muchas personas. Naruto le dice que había destruido su aldea, lo que era verdad, pero Pain le responde que Konoha había destruido su hogar, asesinó a su mejor amigo e hizo que la vida de cientos de niños de Amegakure haya sido un infierno. Que mientras estos niños sufrían y miles de vidas eran erradicadas, Konoha se jactaba de su poder. ¿Quién responde por esas vidas? ¿Quién se hace responsable por el sufrimiento de esos niños? Pain le dice a nuestro protagonista que la paz de Konoha representa la violencia para su pueblo. Y una vez más Pain tiene razón. Tiene tanta razón que por primera vez Naruto queda derrotado y sin palabras para refutarlo, y estamos hablando de Naruto, el ninja terco, testarudo, que siempre va hacia adelante así se estrelle contra una pared; Naruto estaba siendo derrotado por quien hace nada mató a sus tres maestros, destruyó su hogar y acabó con todo lo que habíamos conocido. La derrota fue tal, que siente empatía, entiende que ha sufrido y le da la razón. La verdad es que si no hubiese sido por Hinata (interés romántico del protagonista), Naruto hubiese sido capturado. En esta ocasión, el villano derrotó al héroe, tanto física como psicológicamente.
El discurso de Pain es impactante para nosotros no solo por el contenido, si no también por los sucesos previos, Pain necesitó de un solo movimiento para destruirlo todo, con un solo ataque acabó con todas las esperanzas, sueños y recuerdos de nuestro protagonista o sus amigos. En cualquier otra historia o contexto, si un villano hace algo así, es lógico pensar que nosotros como lectores o espectadores, lo vamos a odiar, especialmente porque en el momento que lo hace, no tenemos ni la más mínima idea acerca de su filosofía. Pero, Kishimoto (autor) hace algo genial, agrega a la historia un hecho que es lo que sostendría todo lo demás, para que el villano no se sienta como el que cuenta su plan, mata y luego se ríe a carcajadas, sino para que resulte un ser profundo y de convicciones fuertes. Hablo de la conversación de Pain con Tsunade.
Pain decide destruirlo todo como reacción de lo que Tsunade le dice, porque se convierte en testigo de primera mano de esta arrogancia conocida como Konoha. Él se acerca a Tsunade para hablar, en ningún momento amenaza con destruir la aldea. Pain le dice “quiero hablar contigo”. Ahora bien, Tsunade hace lo correcto, creo que cualquier líder de un país o ciudad en pleno ataque terrorista, no entra en negociación con el otro grupo. Pero no se trata tanto de eso, sino de la manera en que le respondió. Tsunade muestra hostilidad, pero la sustenta agregando que “no va a escuchar las palabras de un terrorista que quiere destruir todo lo que sus antepasados construyeron”, pésima elección de palabras. Esto es arrogancia en su máxima expresión, aquí ella no solo no está tomando en cuenta los motivos de Pain, sino que además está estableciendo que los “grandes logros” de sus antepasados, valen más que cualquier sentimiento que él pueda tener, aunque estos tengan detrás pilas de cadáveres de niños y pequeños países destruidos por completo. Es en ese momento que Pain se enoja, pero Tsunade se mantiene en su posición, él le dice que es la última advertencia, que cuide sus palabras. Pain era consciente todo el tiempo de que le era sencillo destruirlo todo, pero quiso hablar. Le menciona que la paz de Konoha significaba violencia para otros pueblos, que los conflictos de los grandes países solo traen dolor para quienes quedan en medio. Pero, Tsunade le da una respuesta aún más arrogante que la anterior, le dice que los grandes países también han sufrido y que deje de atacarlos con falsas acusaciones. Es aquí donde Pain decide que los va a masacrar a todos. Tsunade muestra que el orgullo y la arrogancia del país del fuego, es algo con lo que no puedes lidiar. Es esta arrogancia construida por décadas, la que dio a luz al asqueroso mundo ninja que todos conocemos. Pain llega a la conclusión de que la única manera para que esta gente entienda es que sufran lo mismo que él, por eso su frase más famosa, “conozcan el dolor”. Él no destruye todo porque sí, es Tsunade quien valida su pensamiento, él esperaba de alguna manera estar equivocado. Es por eso que en el momento que le da el discurso a Naruto, ya estamos de su lado.
En todo el manga los villanos son pintados como seres malignos o personas que perdieron el camino, que tarde o temprano terminan arrepintiéndose o pasándose al lado bueno. Pero la ideología de Pain, incluso luego de la cuarta guerra, se mantiene y es indiscutible. No hubo nadie que pudiese rebatirla, porque simplemente él tenía la razón. Es verdad que después Nagato los revive a todos, pero eso responde a un “guionazo” de aquellos, y también a que, aunque muchos digan lo contrario, Nagato y Pain son personajes diferentes, pero ese es tema para otra columna. Pain es derrotado básicamente, gracias a toda la historia. La información que usó Naruto fue recolectada por toda Konoha, sin eso no tenía ni una mínima oportunidad de ganarle, y ello solo hablando de poder. Si hablamos del aspecto psicológico, nadie en toda la historia lo venció, y hasta luego de su muerte, se mantuvo verídico.
En Boruto hay paz, pero es falsa, en algún momento le dedicaré una columna a ese tema. Pero esta paz existe porque Konoha tiene a dos seres que sin mucho esfuerzo pueden derrotar por completo a todo el poder militar de las demás naciones juntas. Y sí, también hay paz porque todos se unieron contra un enemigo en común que era Akatsuki, aunque luego fueron liberados por el Tsukiyomi Infinito que usó el actual Hokage (Naruto). Pero, recordemos que en Naruto: The Last, la película que cierra la historia, y aunque nos guste o no es canon, los demás Kages (líderes de otras aldeas) no estaban de acuerdo en dejar que Naruto se hiciera cargo de los problemas que estaban ocurriendo en la Luna, ellos querían acabar de una vez por todas con lo que estaba ocurriendo ahí, eso incluía a Hinata y a todos los demás ninjas de Konoha, por lo que no es real que todas las aldeas sean amigas. Aún hay disputas, recordemos que las guerras anteriores eran por territorio, no por Akatsuki. Es decir, lo único que está impidiendo que alguna de las otras aldeas haga un movimiento es la existencia tanto de Sasuke como de Naruto.
Con todo esto sobre la mesa, podemos decir que aún en el spin off de la serie original, la ideología de Pain sigue con vida, y que sí, aunque suene redundante, tenía razón.
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