Surf Literario #07, una columna de Estefanía Barrientos
Señalada como rebelde, enigmática, feminista, creativa, etc. Leonora Carrington es una de las mayores exponentes del arte surrealista en el mundo. Pero también ha destacado como una de las voces más fuertes del movimiento feminista en México. No es ningún secreto lo difícil que era para las mujeres abrirse paso en cualquier profesión, y la pintura no era la excepción. Y es que hay que mencionar que pocas mujeres destacan en este arte en México como Leonora Carrington, Remedios Varo o Frida Kahlo, todas artistas que levantaron la voz contra el predominio del hombre en todos los aspectos de la vida social. Al respecto, Carrington siempre acusaba la discriminación que sufrían. Hay que mencionar que la influencia del movimiento feminista en su obra podemos verla en varias de sus pinturas. Quizás sea el cartel “Mujeres Conciencia” que pintó en 1972, uno de los más representativos con el que manifestaba su inconformidad con la represión femenina.
Citando en sus propias palabras: “En mi terreno hay una discriminación tremenda. Uno lucha contra eso y pierde su identidad femenina, de hembra. Todos los seres humanos somos criaturas del reino animal. Necesitamos mantenerlo presente porque solemos olvidarlo”.
Hay una faceta poco conocida de Leonora Carrington, y es la de escritora. La obra de Leonora Carrington puede considerarse fantástica dentro de la concepción que de lo fantástico defendía Julio Cortázar: “el derecho al juego, a la imaginación, a la fantasía, el derecho a la magia”.
Carrington trascendió el mundo de las artes plásticas para llevar su universo a la literatura con novelas y cuentos infantiles, muestra de ello se encuentra en su más famoso libro La casa del miedo, historia en la que relata el complejo episodio que vivió en un manicomio; también escribió Una camisa de dormir de franela, La señora Oval: Historias surrealistas, La trompeta acústica, La puerta de piedra, El séptimo caballo y otros cuentos, Conejos blancos, y La invención del mole.
Leonora Carrington es mucho más que una persona que se relacionó con grandes personajes del arte, es una mujer con muchas más características además de la creatividad que la impulsó a desarrollarse como artista, es mucho más que una mujer surrealista, todo lo que eso significa a partir de sí misma y no solo de las relaciones amorosas y de amistad que sostuvo con otros personajes.
El pasado 6 de abril Carrington cumpliría 104 años. En algún momento Octavio Paz, expresó: “Era un personaje delirante, maravilloso, un poema que camina, que sonríe, que de repente abre una sombrilla que se convierte en pájaro que se convierte después en pescado y desaparece”.
Vale la pena apreciar sus obras pictóricas y adentrarnos a la lectura con sus fabulosos escritos.
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