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Poesía y Humanidades

Un poema de amor de Edgar Allan Poe | Por una senda oscura y solitaria #07

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Por una senda oscura y solitaria # 07, una columna de Ernesto Moreno


En el año de 1842, Edgar A. Poe, por fin comenzaba a disfrutar de la fama de sus obras. Sus finanzas eran aceptables y su mano escribía prolíficamente para una gran variedad de revistas y periódicos. Trabajaba, entre otras, en la Graham´s Magazine, en donde era director literario, alcanzando gracias a su trabajo, de cinco mil subscriptores a cuarenta mil. El éxito era posible. Publica Eureka y Los crímenes de la calle Morgue, pasa los días junto a su familia y está felizmente casado con su prima Virginia. Pero para entender lo que estaba a punto de ocurrir, debemos por fuerza, mirar el pasado de nuestro personaje.

Poe había conocido a Virgina Eliza Clemm, en mayo de 1829, mientras visitaba a su familia biológica en Baltimore. Recordemos que al morir su padres, Poe, su hermana y su hermano, serían separados y enviados al cuidado de familias distantes, en el caso de nuestro escritor, creció con una familia acomodada de Richmond, Virginia, en el sur de los Estados Unidos. Familia de la que nunca se sentiría parte, pero esa, es otra historia. En Baltimore, encontró a su abuela materna, María Clemm, a su tía, María y a su hermano mayor, también conocería a su prima Virginia. Por fin se sentiría en casa.

María Clemm fue como una madre para Poe, y aunque eran muy pobres, con los frutos de sus trabajos de costura, le ofrecía a Poe un plato en la mesa, y sobre todo, la oportunidad de compartir con su hermano una pequeña habitación, en donde conversaban hasta entrada la madrugada. En ese espacio, se enamoraría de Virginia Clemm. En 1834, surge uno de los grandes misterios en la vida de nuestro escritor: contrae matrimonio en secreto con Virginia. Sus biógrafos y estudiosos concuerdan en que ella estuvo de acuerdo, así como María Clemm, pero que tal vez lo hicieron así, para no molestar al resto de la familia, ya que en ese entonces, Poe tenía veinticinco años, mientras que ella tenía trece. Años después, volverían a casarse públicamente.

Ya para el año de 1839, sabemos que Poe se preocupaba bastante por su nueva familia, a quienes apoyaba felizmente con sus propios recursos económicos. Virginia, siempre lo recibía con un ramo de flores. Julio Cortázar nos comparte la única carta, tal vez, que se conserva, de Edgar a Virginia:

Mi corazón, mi querida Virginia, nuestra madre te explicará porque no vuelvo esta noche… Hubiera perdido yo todo coraje, si no fuera por ti. Mi mujercita querida… Eres mi mayor y único estímulo ahora para pelear contra esta vida inconciliable, insatisfactoria e ingrata, que duermas bien y que Dios te dé un  agradable verano, con tu devoto Edgar.

Pero, volviendo al año de 1842, en donde una sombra invisible se había colado en aquel Cottage, en el campo, a las afueras de la ciudad de Nueva York, espacio en que el escritor Edgar A. Poe y su esposa Virginia Clemm habían construido su hogar. Nadie la vio entrar, ni tampoco salir. Era la sombra de la muerte. Una tarde de enero, entre las personas que visitaban a los Poe, Virginia interrumpió abruptamente una melodía que ejecutaba en el arpa, cuando Edgar la miró, y se percató de que ella escupía sangre sobre la alfombra. La tuberculosis atacaría salvajemente a Virginia, postrándola en cama, con altas fiebres y alucinaciones.

Gracias a la voluminosa correspondencia de ese período en la vida de nuestro escritor, sabemos que se perdió en la depresión y en el alcohol, deambulando durante días y apareciendo en los bosques de Nueva Jersey, víctima del delirius trémens. Su acérrimo crítico, enemigo y admirador, Rufus Wilmot Griswold, comenzó a sustituir a un Poe irresponsable en la Graham´s Magazine. Aquí empieza a surgir de esa época infernal, el poema más conocido de Poe: El cuervo, que es a fin de cuentas, el desgarramiento doloroso, por el recuerdo de la amada fallecida.

Los Poe vuelven a sufrir económicamente, y Virginia muere en la miseria, en enero de 1847. La respuesta de Edgar, a este nuevo golpe de la vida, que siempre intentaba aniquilarlo, fue el poema Annabel Lee, que se publicaría por primera vez el mismo año de la muerte de Poe, en 1849. Cortázar, nos brinda nuevamente, una estampa triste de esos días: “Virginia se moría, Edgar la sabía muerta, y así nació Annabel Lee, que es la visión poética de una vida junto a ella Yo era un niño y ella, una niña, en un reino, a orillas del mar. El verano y el otoño pasarán sin que encontraran tranquilidad. Su fama atraía numeroso visitantes al placentero cottage, y de ellos quedan testimonios de ternura, la delicadeza de Edgar para con Virginia”

Se considera que Annabel Lee, es el último poema completo que Poe escribió, en él, explora un tema nodal de su obra, mismo que nos expone en su ensayo El principio Poético, en donde escribe que “la muerte de una mujer hermosa es, sin duda, el tema más poético del mundo”. Y al igual que algunos otros poemas de su autoría, como El cuervo, Ulalume, y A alguien en el paraíso, nos describe la trágica perdida de alguien amado.

El poema está escrito en clave de balada, aunque técnicamente no clasifica como tal, cuanta con 6 estrofas, y se nota claramente la aplicación de una figura retórica conocida como “aliteración”, que es cuando se hace uso repetidas veces de un sonido dentro de una misma palabra o frase. En el caso del poema que estamos revisando, se puede identificar claramente el uso reiterativo de la letra “L”. Esto, tiene que ver con lo que varios estudiosos de Poe apuntan sobre su niñez en Richmond, ya que era una estancia que tenía esclavos africanos y al parecer, Poe sería influenciado por los ritmos que usaban los esclavos para cantar, para bailar, pero sobre todo, para contar sus historias.

Once versiones diferentes del poema se publicaron póstumamente, el tema principal nunca cambia. Se ha especulado si el poema representa la pérdida de Eliza Poe, su madre natural o de Frances Allan, la madrastra que tanto lo amó y lo cuidó. Thomas Ollive Mabbot, una de las grandes autoridades en el tema, opina que tal vez, el poema se refiere a una mujer ideal. Tanto Sarah Elmira Royster (su amor de niñez), como Sarah Helen Whitman (inspiración del poema de Poe “para Helena”) y Frances Sargent Osgood (poeta), declararon después de la muerte de Edgar, que ellas habían sido la inspiración para Annabel Lee.

Resta solo comentar que el título original de la novela Lolita de Vladimir Nabokov, era “El reino junto al mar”, en homenaje al poema Annabel Lee. ¿A cuántas obras ha influenciado el poema de Poe?, no podemos saberlo. Lo que nos queda claro, al menos a mí, a los demonios y a las sombras que me acompañan en esta umbría habitación mientras escribo, que Virginia Clemm fue tal vez, el amor más puro que tuvo el poeta maldito, y que seguramente sus espíritus se encuentran al fin, en un reino, junto al mar.


Citas:

  • Ilustración: pinterest.com
  • Cortázar, Julio (Traductor), Obras en prosa, cuentos de Edgar Allan Poe, Ediciones de la Universidad de Puerto Rico en colaboración con la Revista de Occidente, 1956.
  • Poe, Edgar, Allan. Cuentos completos, Introducción de Thomas Ollive Mabbot, varias ediciones.
  • Poe, Edgar, Allan. Annabel Lee, Poema, varias ediciones, 1849.
  • Poe, Edgar, Allan, El principio poético, varias ediciones. 1850.