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El mapa en relieve | OXIB NOJ #12

OXIB NOJ #12, una columna de Eleázar Adolfo Molina

El olvido es considerado como la muerte definitiva de una persona. Quetzaltenango es una ciudad con poca memoria, misma que provoca el atesoramiento de derrotas mitificadas en triunfos.

Nuestros momentos más gloriosos son las derrotas que hemos sufrido a lo largo de la historia, olvidando los grandes talentos, líderes e ideas que han surgido de la Xelajú eterna.

En la ciudad de Guatemala, al norte de la misma, al final de la avenida Simeón Cañas, se encuentra el llamado “Hipódromo del norte”. Lugar que desde hace más de cien años guarda celosamente el mapa en relieve.

¿Pero qué tiene que ver esto con Quetzaltenango? La respuesta es sencilla, es uno de los triunfos más grandes de la ingeniería nacional, elaborada por un quetzalteco, mientras otro altense era presidente.

En la primera década del siglo XX, Manuel Estrada Cabrera era presidente de la república. Ya había construido el imponente templo a Minerva de la ciudad capital, pero para decorar el área solicitó a Francisco Vela la construcción del mapa en relieve.

El reto titánico levanto muchos mitos, como el de que recorrieron a pie durante 16 años toda Guatemala, para levantar la cartografía adecuada del relieve nacional y plasmarlo en un mapa. No hay certeza de esta situación.

Sin embargo lo que sí se sabe, es que el mapa fue construido de 1904 a 1906. Se creía que el mapa había sido construido en 1905, pero gracias a una restauración, la municipalidad de Guatemala encontró una placa en donde menciona a 1904 como el año inicial de la construcción del mismo.

Francisco Vela tuvo la idea de un mapa en relieve en 1888, cuando se encontraba explorando el volcán Zunil. La idea fue patentada por Vela en 1902.

Su elaboración tiene ladrillo, argamasa, piedra pómez (según tradición oral, llevada desde el volcán Santa María), la apertura del monumento fue el 29 de octubre de 1905.

Francisco Vela no elaboró la obra titánica solo, fue acompañado de los ingenieros Claudio Urrutia y Ernesto Aparicio; los dibujantes Eduardo Castellanos, Salvador Castillo y Eugenio Rosal; los artistas Domingo Penedo y Antonio Donelli, y el maestro de obra Cruz Zaldaña, quien firmó en un ladrillo su aporte al mapa.

Francisco Vela nació  en Quetzaltenango el 23 de julio de 1859. Sus primeros estudios los hizó en nuestra ciudad, pero luego ingreso a la escuela politécnica, graduándose a los 19 años como Sargento Primero de la Compañía, con el grado de subteniente de ingenieros y topógrafo.

Estudio en la American School of Correspondece de Filadelfia, USA. Obteniendo el título de Ingeniero de Telégrafos y luego el de Administrador Municipal.

En el mapa en relieve, se encuentra un monumento en honor de Francisco Vela, realizado por el quetzalteco Rodolfo Galleotti Torres. En el mismo, podemos observar el busto de Vela, colocado en una columna de piedra, que tiene grabado en ella la letra “Q” de su tierra natal, además de la palabra Quetzaltenango en clave morse.

El agua de los ríos y lagos es surtida gracias a un deposito subterráneo de 60 metros cúbicos, funciona con un sistema interno de corrientes de agua basado en la teoría del nivel de los líquidos por vasos comunicantes. Demostrando que la operación de nivel y delimitación  del territorio son exactas. La cada de distribución se encuentra en el macizo de Los Cuchumatanes.

La barandilla del mapa, posee medallones decorativos con bajorrelieves, realizados en el taller A. Doninelli & Cía. Los medallones demuestran simbología de la república, por ejemplo el escudo nacional, la ceiba y el emblema de la República de Guatemala.

Francisco Vela es uno de los altenses inmortales, un orgullo para esta tierra que nos siente todos los días. Un orgullo de Los Altos.