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Full Metal Alchemist: Brotherhood. Los abismos del protagonista (parte 1) | Versailles Anime #25

Versailles Anime #25, una columna de Francisco Maldonado


Esta columna contiene SPOILERS del anime y el manga de Full Metal Alchemist.

Hablar de un personaje de Full Metal Alchemist, es hablar de calidad de escritura. Por lo que, claro está, Hiromu Arakawa (autora de la obra) es una de mis mangakas favoritas. Ahora, de entre tantos personajes de los que se puede hablar, decidí poner la mirada en el Alquimista de Acero, y realmente creo que es la decisión más acertada para iniciar el análisis de los personajes de esta obra. Por esto, y durante las próximas dos semanas, quiero centrarme en analizar el desarrollo de este protagonista, esto, mediante tres grandes momentos de inflexión, los cuales denominaremos abismos. El abismo es ese lugar o momento que usa la autora de FMA para crear un espacio en el que rozan los reinos subjetivo y objetivo. Nuestro protagonista, Edward Elrick persigue su objeto de deseo, desde su subjetividad. En este caso, recuperar su cuerpo y el de su hermano.

Pero este deseo se encuentra más allá de su alcance. De manera consciente o inconsciente, Edward decide llevar a cabo una acción particular, motivado por el pensamiento o sentimiento de que este acto llevará su mundo a dar un paso positivo en la consecución de su deseo. Desde el punto de vista subjetivo, la acción que ha elegido, parecerá la más conservadora tomando en cuenta la reacción que busca provocar. Pero, en el momento que lleva acabo dicha acción, el Reino Objetivo de su vida interna, las relaciones personales o el mundo extra personal, o por qué no, la combinación de todos ellos, reaccionarán de un modo más poderoso y diferente de lo que esperaba. Esta, es la tridimensionalidad de Edward, sus tres niveles de conflicto; donde se presentarán tres grandes abismos, los cuales representarán grandes golpes de efecto que lo desestabilizarán completamente. El backstory de los hermanos Elrick es ya más que conocido, con respecto a la transmutación de su madre, el desmembramiento de sus cuerpos, etc. Por lo que pasaré de largo el contar todo esto para no alargar aún más la columna y poder ir a lo importante.

Primer abismo: Nina.

Edward y Alphonse deciden ser perros del Estado y aplastar su orgullo con tal de seguir sus convicciones. Edward logra ser el alquimista más joven y un prodigio total. Esto los lleva a tener de cierta manera, una fe ciega en sus capacidades. En los primeros capítulos es fácil notar que la actitud de Ed es bastante arrogante, y esto, es necesario porque es el desarrollo a llevar, para presentarle a nuestro protagonista el primer gran abismo. Y este, sin lugar a dudas, es lo ocurrido con Nina. En esta primera etapa de su desarrollo, la autora busca desequilibrar los pensamientos de Ed, iniciar su conflicto interno. Para eso, el primer capítulo está enfocado en desarrollar sus pensamientos más cientificistas de la realidad, junto con su escepticismo a la religión y a Dios. Esto, para luego conectarlo con el punto de inflexión y que genere más impacto. Ya sea citando los elementos de los que está compuesto el cuerpo humano o mencionando que el sol no es más que una esfera llena de hidrógeno, Hiromu nos presenta muchos diálogos que hacen relucir el pensamiento crítico de Edward. Pero, al fin y al cabo, esto terminará siendo una visión muy inocente de su parte.

Al poco tiempo de derrotar al Padre Cornello, el sacerdote que controlaba la ciudad de Liore, los hermanos Elrick se encuentran con Shou Tocker, un científico que buscaba pasar las pruebas parar mantener su título de alquimista estatal. En un intento desmesurado por hacerlo, el cinismo de Tocker lo lleva a usar a su hija Nina y a su mascota para crear una quimera. Los diálogos utilizados en el momento de la revelación, son tan punzantes como dolorosos para Ed, lo que lo lleva a cuestionarse acerca de sus convicciones y su moral. La alquimia terminó siendo tan horripilante como la religión que tanto atacó con sobriedad. Tucker se mete en la cabeza de Ed y le dice que son lo mismo, Tucker jugó a ser Dios al crear una quimera y Ed hizo lo mismo tratando de regresar a la vida a una persona. ¿Qué te hace mejor que él? Ya sea una secta religiosa que busca aprovecharse de los más débiles de corazón o la oscura ciencia que tiene cientos de cadáveres encima debido a horribles experimentos, ambos tienen las manos sucias. Los hermanos Elrick están en la etapa más baja del abismo, se encuentran en un punto donde se cuestionan la misma alquimia, aquello en lo que tanto se dedicaron, trabajaron y creyeron. Se cuestionan lo que son y hasta su deseo. Se supone que la alquimia debe estar al servicio de las personas, se supone que existe para hacerlos felices. Se supone que, si quieren recuperar sus cuerpos, al menos deben ser capaces de poder salvar a una pobre niñita.

Segundo abismo: Las sombras del pasado.

El segundo abismo encierra el momento del desentierro del supuesto cuerpo de Trisha (madre de los hermanos Elrick). Esto nos lleva a un momento muy importante de la obra, fue el primer gran paso de Ed en su maduración como persona. Comenzamos con Edward yendo a su ciudad natal, en la que se encuentra con su padre, al cual nunca lo nombra como tal, sino como Hohenhaim, connotando su desagrado hacia él por haberlos abandonado y dejado a Trisha a su suerte. Reflejando que, al haber sido criado por una madre soltera, los mayores soportes de la vida de Ed y con quienes tiene una mejor relación, son todas mujeres, Winry, Pinako, Izumi o Hawkeye. Por el contrario, muestra siempre su actitud más competitiva y agresiva con los personajes masculinos, pero al mismo tiempo demostrando que los respeta y admira como alquimistas. Hohenhaim sabe que Ed es obstinado y que no lo escuchará sin importar lo que pueda decirle y hasta Alphonse es consciente de ello; por lo que lo ayudará indirectamente con dos potentes diálogos.

Primero, trata de desestabilizar a Ed para que acepte sus verdaderos sentimientos, diciéndole que la verdadera razón por la que quemaron la casa, es porque no querían ver los restos de algo que no podían perdonar. Porque querían escapar de esas imágenes y borrar las huellas de todo lo ocurrido. Claramente Ed trata de negarlo, pero en su interior sabe que es verdad. Luego, de forma indirecta y consciente de que Ed lo escuchaba, Hohenhaim nos pone en una situación impactante, aquello que los hermanos Elrick trajeron a la vida ¿era realmente su madre? ¿acaso esos niños, sacrificaron tanto, solo para cometer un error? Habiendo escuchado esto y teniéndolo en mente, Ed no puede irse del pueblo sin estar seguro, ya que los alquimistas son aquellos que buscan la verdad. Entonces, se dispone a desenterrar los huesos de su madre fallecida. No solo es un momento difícil para él, sino que el escenario natural de la lluvia, cumple un papel importante y juega perfectamente con la caracterización de Edward. Al ser una persona que tiene prótesis, los ambientes de humedad, le generan dolor. Por lo que, esas prótesis, son un constante recuerdo de lo que hizo. Como dijo Alphonse en una ocasión, es una cicatriz que nunca se podrá curar y que cada noche le recuerda que tiene las manos sucias.

La idea de que llueva justamente en ese día, es la representación de Ed luchando contra sus miedos y sus dolores, culminando con una escena de nuestro protagonista riendo. Esa cosa no era su madre. Esto no es solo una revelación, sino también representa la libración de los hermanos Elrick de la sombra de su pasado. Porque más importarle si su sacrificio fue en vano o no, se alegra porque significa que no volvieron a matar a su madre, no la hicieron sufrir de nuevo. Es el momento en el que ambos pueden sacar a relucir sus sentimientos y donde por fin son capaces de dar el primer paso para crecer como personas, madurar y dejar de ser unos niños.

Continúa la próxima semana…