Versailles Anime #33, una columna de Francisco Maldonado
Este artículo contiene algunos SPOILERS de Mob Psycho 100 y One Punch Man. No te arruinan nada y revelan muy poco, pero, de todas formas, la advertencia no viene mal.
One Punch Man es un webcómic de acción y comedia japonés, creado por el artista One e iniciado en 2009. Su adaptación al anime fue producida por el estudio Madhouse, y se emitió en Japón entre octubre y diciembre de 2015. La segunda temporada de la misma llegó entre el 9 de abril y el 2 de julio de 2019. Trata sobre Saitama, el hombre más fuerte del universo y sus aventuras para descubrirse como héroe.
Mob Psycho 100 es un webcómic japonés creado por One, el cual comenzó su serialización en la revista Ura Sunday el 18 de abril de 2012. La adaptación a serie de anime es producida por el estudio BONES y dirigida por Yuzuru Tachikawa, estuvo en emisión en Japón de julio a septiembre de 2016. Su segunda temporada llegó en 2019. Esta historia trata sobre Shigeo, un estudiante de secundaria japonés que posee poderes psíquicos inigualables y junto a un estafador trabaja como exorcista en su tiempo libre.
Hace poco terminé de ver por segunda vez el anime de Mob Psycho 100, y lo que puedo decirles es que One realmente es un genio, por eso es que en esta ocasión no quiero hacer un análisis de ambos animes, si no más bien una introspección.
Saitama es fuerte, es el más fuerte de todos. A la gente le gusta simular esas peleas de fantasía (gracias Jump Force) para imaginar quién ganaría, si Goku o Lufi, que si Bugs Bunny o el Pato Lucas, pero One Punch Man te lo deja claro desde el principio, Saitama es el hombre más poderoso del universo. Quizá más adelante aparezca un rival, pero voy por el tomo número 11 del manga y las cosas están como están, demenciales.
El joven padawan de Saitama (si, acabo de cometer sacrilegio) es Genos, es un cyborg de combate modificado con tecnología de punta. Recuerdo haber visto un comentario por ahí diciendo que Genos es el resultado de llevar a tu personaje al nivel máximo en un JRPG (japanese role play game) y es que es así, Genos sería el protagonista de cualquier otra historia, pero aquí es un personaje secundario, esa es la categoría de One Punch Man, trabaja a un nivel en el que los enemigos son increíblemente poderosos y aún así no son rivales para Saitama, así como tampoco hay un rival para los poderes psíquicos de Shigeo, y eso cambia por completo las reglas.
One rechaza el conflicto físico que ha sido la tradición en el género shounen (demográfico adolescente japonés) desde sus inicios. Debo admitir que no soy un experto en Superman, pero se que ni siquiera él es invencible, es cierto que está “All Star Superman”, pero el resto de historias en las que lo he podido ver siempre nos muestran algún lado vulnerable del Hombre de Acero. Quizá no pueda salvar a alguien, quizá su madre esté en peligro o hayan secuestrado a Lois Lane (otra vez) o simplemente algún idiota con ganas de pelear se meta al ring y le lance una flecha de kriptonita directo a la cara. Y esto es lo importante, que el esfuerzo y la idea de riesgo están presentes, esto pasa con todo el mundo, no importa si se trata de Hulk, Thor o el Correcaminos, pero lo hemos acabado dando por sentado porque es parte de la gracia ¿verdad? Salvo que no tiene por qué ser así.
One Punch Man ni siquiera presta atención a las víctimas de una catástrofe, cuando llega la nave de Boros (villano) y destruye la ciudad, en los noticieros te lo cuentan sin pensar en los millones de civiles que habrán muerto. El gigante del primer capítulo arrasa con kilómetros de zonas habitadas, pero eso solo lo utilizan como recurso para mostrarnos lo poderoso que es. No quiero decir que Saitama es un desalmado, él salva a aquella niña y la asociación de héroes protege a los civiles, y eso da pie a una escena preciosa y la revelación de un rollo de canela demasiado puro para este mundo, pero, eso no es lo que interesa. Tampoco es que sus personajes estén indefensos, ya que son todos super héroes y super villanos de un altísimo nivel. En Mob Psycho 100, Shigeo solo es superado porque no saca el máximo partido de sus poderes, pero sabemos que podría acabar con cualquier enemigo. Cuando le derrotan no es un momento de crisis sino más bien un pequeño bache, porque al final, él es el mejor y no cabe duda al respecto.
Vemos un cambio en el enfoque, aquí las peleas nunca son enfrentamientos, se tratan de gente haciendo tanto como le es posible para ponerse a la altura de los protagonistas, en otras palabras, las peleas son una exhibición de habilidad. Cada enemigo tiene un sabor distinto, poderes extravagantes y nuevos movimientos definitivos, y cada uno ofrece una pelea más espectacular que la anterior; todos son un clímax en sí mismos, un jefe final a derrotar, pero entonces, se ven aplastados. No son realmente enfrentamientos porque Saitama y Shigeo van siempre a la defensiva y en cuanto pasan al ataque, se acaba la función. Cada enemigo llega, muestra lo que sabe hacer y en cuánto pierde todo su interés “…thank you next…” como diría Arianna Grande.
Esto está bien porque mantiene las peleas frescas, nunca te vas a aburrir y siempre puedes tener la expectativa latente, porque no son peleas sino espectáculos. No hace falta alargar los capítulos o mostrar nuevas habilidades definitivas (Dragon Ball) porque eso sería redundante. Y entonces, si tenemos héroes invencibles ¿dónde está la gracia? Pues precisamente en eso, los personajes le han puesto trucos a la vida, son tan fuertes que es injusto. ¿Han probado alguna vez el jugar con trucos? Es completamente aburrido porque pierdes el interés. Sabes que todas las batallas están ganadas y que vas a obtener todo lo que quieras, el momento en que la cuestión pasa del cómo al cuándo, dejas de disfrutar. Ahora, imagina que has perdido el interés hace mucho, mucho tiempo ¿cómo y cuánto te afectaría eso como persona?
One pone la barrera de poder por encima de cualquier cifra, no porque le encanten los mártires Tous, sino porque así quita de en medio la parte que no importa. Lo que él quiere es explorar el mundo a través de los ojos de estos individuos, la clase de persona en la que te conviertes cuando no puedes seguir subiendo de nivel y ya nada supone un verdadero desafío. One quiere hacer una revisión a las bases del super héroe, aunque eso no sea ninguna novedad. “Watchmen” y “El Regreso del Caballero Oscuro” ya lo hicieron hace décadas y desde entonces han aparecido cientos de historias que exploran el universo del super héroe desde una nueva perspectiva. Son deconstrucciones que exponen a estos personajes desde su humanidad. Batman no es un defensor de la ley y la justicia, sino un sociópata que raya en lo fascista, un hombre violento y paranoico. El Dr. Manhattan se ha vuelto tan poderoso y trascendió la humanidad de tal manera, que ha abandonado por completo sus emociones, vive en otro mundo y se ha vuelto frío. En estas historias hasta los villanos reciben una transformación significativa, con el Joker convertido en un hombre completamente enloquecido, que disfruta con el horror y que está tan lejos de cualquier señal de moral que nadie puede acompañarle en su descenso dantesco hacia los infiernos.
Mark Millar (el guionista, no el rapero) es un autor que parece haberse especializado en esta deconstrucción del super héroe. En Kick Ass, la figura del vigilante enmascarado se ve retorcida, y la película puede ir hacia la comedia, pero el comic es bastante amargo. No dejas de ser un adolescente disfrazado que se cree por encima de la ley e incluso si tienes poderes, continúas expuesto. Quizá te llegues a cansar de salvar al mundo y quieras imponerte, marcar la diferencia y dominarlo. Quizá disfrutes siendo malo, porque eso es lo realmente divertido, saltarse todas las reglas y hacer lo que te de la gana, son todas miradas muy cínicas.
¡Escúchenme bien! ¡No hago este papel de héroe para que me admiren! ¡Lo hago porque quiero! Así que si quieren echarme la culpa ¡Adelante!
Saitama a la multitud, después de destruir un meteorito.
Pero One va en otra dirección. Su obra gira alrededor de la idea de la motivación y la influencia que ejercen los héroes, no va tanto hacia la deconstrucción, es más bien una revisión, una reconstrucción de la figura. Y esto se ve muy claramente en sus One Shots (novelas ligeras del mismo autor). Dangan Teshi Fan Club (Bullet Angel Fan Club) también está protagonizado por una super heroína invencible, y lo que a ella le preocupa no es la siguiente amenaza demoníaca sino más bien la falta de reconocimiento, ¿por qué ha escogido un trabajo tan duro si al final no queda nadie para agradecer lo que está haciendo? En Dotō no Yūshatachi (Angry Warriors) nos habla brevemente de la hipocresía de aquellos que se hacen llamar héroes, pero que solamente quieren una recompensa a cambio de su trabajo.
A One le interesa el conflicto a otro nivel, su drama es el humano. One Punch Man habla sobre como los super héroes no están solamente para salvar al mundo sino para servir de ejemplo a los demás. Cada personaje es un héroe a su manera, quizá lo seas porque te gusta el reconocimiento, por la necesidad de vengarte o impedir que otros sufran lo mismo que tú. En estas historias puedes ser un héroe simplemente existiendo y haciendo creer a los demás que están a salvo, o puedes ser un héroe porque por encima de todo y de tu propia vida, lo que importa es hacer lo correcto. Saitama es el hombre más fuerte del universo, pero lo que lo hace un héroe es su forma de influir en los demás, cambia vidas y no espera nada a cambio. No son tus poderes, eres tú.
No existe nadie que pueda hacerle frente a Shigeo, pero eso no lo hace mejor persona, no le da amigos, ni le permite ser socialmente hábil. Mob Psycho 100 es quizás mi ejemplo favorito, porque en su corazón oculta el mensaje que One siempre oculta en sus comics, lleva los poderes de los oponentes al máximo y luego los neutraliza con la figura de Shigeo. ¿Y qué queda cuándo te despojan de tu energía? Lo deja clarísimo cuando vemos el rostro de Ishiguro (villano anciano de Mob Psycho 100) que cuando empieza a quejarse tras la derrota, se convierte en un bebé.
Puedes ser famoso, puedes ser hábil, puedes ser cualquier cosa, pero eso no define tu valor como individuo. Eso lo decides tú, con tus actos. Cómo usas tu poder y cómo decides jugar con las cartas que se te han dado. La idea de que Reigen (Sensei de Shigeo), un ser sin poderes, sea la persona más íntegra y la que acaba salvando la situación, lo dice todo. De hecho, el personaje con más valor de One Punch Man tampoco tiene poderes, es su espíritu lo que le hace grande y eso no es una casualidad. La gran ironía es que a pesar de ser obras que tratan de personajes tan poderosos, son quienes carecen de poder quienes acaban reluciendo.
A veces nos vemos tan impotentes ante situaciones que nos sobrepasan o sobrepasan a alguien más, y seguramente no tenemos el poder de resolver esos problemas, pero quizá si podamos resolver otros. Los superpoderes tienen funciones y cualidades específicas, solo debes buscar el lugar y el momento en el que el tuyo calce. Muchas veces he tenido en poco mis propios esfuerzos al ayudar a la gente, pero ahora estoy convencido de que cada vez que hice algo por cambiarle la vida a alguien para bien, fui un héroe. Ahora veo que conocí a muchos otros que fueron héroes para mí y no lo vi. Entre las páginas de todos estos cómics, las palabras del tío Ben resuenan con más fuerza que nunca: “…un gran poder conlleva una gran responsabilidad…”. No importa cuán pequeño o insignificante luzcas junto a alguien aparentemente más poderoso que tú, eres el héroe de alguien y ese alguien está esperando que marques la diferencia en su vida, porque todos tenemos super poderes, todos podemos convertirnos en un nuevo tipo de héroe.
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