6 poemas de SOFÍA VALERIA LUJÁN CABALLERO. #Poesía Peruana
PR1MERA LÍNEA: Catálogo Curado de Poesía Internacional
Tú
Elige un crimen,
aférrate al castigo
del silencio que callan
tus labios inocentes
tras el suave petricor
que emana
del solitario universo de tu espalda.
Azul es tu suspiro en mí.
Entre aullidos y murmullos
me limitas,
me desgastas,
me seduces fríamente
en este juego de voluntades retorcidas
y de artimañas
por siempre poco convincentes.
Pesada es tu sombra,
mi orgullo frágil es.
Somos un furor nostáligo,
un par de añejos desconocidos,
desgastados amantes
huyendo de los bajos instintos
con culpabilidad y
forzadas desapariciones.
Fijando nuestros cuerpos de soslayo.
Sin escuchar y cabizbajo
como lágrimas sin vida,
me perdí yo
o tal vez te entregué toda el alma mía
hasta quedar una inhóspita copa vacía.
Es el cinismo la materia de mi carne.
Hecatombe
Se lanzan los escuderos
a la batalla por la Santa Madre.
Por la Santa Madre
que
con Dios
no traiciona.
Se eleva la cruz de los ávidos guerreros
en la paz nocturna.
Se derrite en cada páramo,
como escarlata vela furibunda.
Hiere
como el mar con piedras salientes.
Enloquece
como delirio, inquietud de las almas tristes.
Ciega
como la niebla invernal en las cumbres errantes.
Espesa y temblorosa
penetra
orgullosamente la espada hereje.
Centellas irradian los lánguidos ojos de sus justicieros.
Filosas centellas carcomen el cielo
deteniendo corazones pérfidos
desnucando llagas heridas.
Se tallan los mil querubines
en el Árbol de la
Vida.
De sus cantares al lóbrego cielo,
al amainar la luna
y al caer su fugaz estrella.
Arpegio
Entre escombros
el reflejo de esta ilusión envejece.
Es el temor de esos brazos que no dan retorno
con afable curiosidad disfrazada,
con la sequía de su verbo
disimuladamente tangible.
Tan ajena a su contacto,
tan brusco es su trazo en mí
ignorando este sentimiento casi humano
con indómita desesperación
plagado de vaivenes que mi ánimo sofoca.
Se retuerce su mirada en mí
con la tosquedad del perfume que dolor provoca.
Casualmente se siente tan tibio como el rocío en las venas.
Otras, el instinto bloquea esa triste dinámica de calor
y rechaza la mecánica de mi silueta.
Fija su dolor encima de mí.
Me sitúa en un campo de variada intensidad
de sublimes ironías e involuntarios zarpazos.
Es el ser que huye
en su propio mundo de partículas musicales,
redes eléctricas y experimentos poco convencionales.
Desgarrándome lentamente
por ser la manzana de su frívolo arte
en algún universo alterno.
Ciro
(elogio a un amor emergente)
He resignado
mi triste lucha
a la viuda red de su regazo,
aquella rosa matizada con
un vuelo de codornices.
Sus dardos oníricos
me han alcanzado.
Soy real ahora.
Soy un esclavo de sus ojos
y el lampo reflejo de su sombra.
Soy un mártir,
un jilguero devoto
de esos risos incautos
amando su cadena perpetua.
Ciro mío,
por ti
he sentido aquel susurro avivar
este músculo inútil,
hacerlo tiritar-en lapsos-
de repulsiva locura
como la zarza que arde
y no se consume.
Sicalipsis
Tentadores son los susurros del Maligno
tras bambalinas rojas.
Resulta un vástago intento
elucubrar la maldad de su pelvis
en aquel encuentro clandestino.
Una osadía de mendigos dedos
entregándose a la suavidad de la luna.
Despide
tras mordiscos inquietos
las lunas de seda
bajo el vaivén de las sombras.
Descubre
un pecho frío desgarrable,
una torre empinada quebrantable
a desordenar los escombros
latentes por encima de mis muslos.
Desviste
al poeta de sus palabras
en una ceremonia
de estruendosas caricias
sobre la piel barroca.
¡Es un desenfreno de
palabras locas!
¡Son suplicantes las ganas
del aliento vivo!
Y en esa travesía rota
nos envuelve
la embriaguez gutural
bajo la blanca lluvia.
Eros
A tantos nombres
le rezan los mortales
que su “yo” real
se esfumó.
Es un enigma meticuloso,
sencillo de invocar
y la promesa rota
de tantos otros.
Un dios que decae
en la espuma natal
convirtiéndose en la
prisión más sublime.
Dormito en su regazo,
lo deseo,
lo amo
sin su rostro divisar.
Me toco,
me desnudo
frente a él.
Sacudo las cobijas
y veo su corpórea soledad.
Aquella necesidad
que abrazo
placenteramente
en una enferma enredadera
de monstruos crujientes.
Monstruos infames
que paren gritos
y sacuden flores.
Veo los monstruos
en el espejo
mientras injuriamos
como animales disfrazados.
La piel, la piel
es dura como
el cetro de su altar.
Su ser, su ser
es un laberinto infame
que mi lengua
clama saborear
en su forma líquida.
Soy prisionera
de sus ganas,
de su naturaleza.
Lo ansío,
lo amo.
Me atrevo
y alumbro
su faz constelada.
El precio es su silencio
inhumanamente etéreo.
Sofía Valeria Luján Caballero
Tengo 19 años y resido en Trujillo. Soy estudiante del 5to ciclo de Derecho en la Universidad Privada Antenor Orrego. Siempre he disfrutado de la lectura y del arte en todas sus formas, por ello pinto al óleo siguiendo el estilo renacentista, esculpo y canto de manera autodidacta. También he aprendido los idiomas inglés y alemán. Fui finalista en el Festival de Poetas Inéditas de la La Libertad organizado por la Alianza Francesa de Trujillo en el 2021. Mis textos han sido publicados en el poemario del mismo nombre y en la revista Kametsa.
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