Tríada Primate

Poesía y Humanidades

El nuevo arte mexicano de contar historias. Los sustos ocultos de Frankelda | El espejo enterrado #22

4 minutos de lectura

El espejo enterrado #22, una columna de Daniel Luna


Las mejores historias no nos relajan,
nos desafían.

Los sustos ocultos de Frankelda.

El arte y la cultura tienen muchas formas de expresarse. Actualmente la naturaleza global exige la multidisciplina para el consumo rápido dentro de los medios masivos en los cuales se encuentran la mayoría de los usuarios. Estos nuevos formatos orillan a la producción en general del entretenimiento sencillo. Sin embargo, existen autores que aprovechan estas características para ofrecer un trabajo a la altura de cualquier otra muestra ofrecida por los medios tradicionales.  

Un ejemplo de ello es la miniserie Los sustos ocultos de Frankelda. Proyecto 100% mexicano el cual consta de cinco episodios, estilo stop motion, los cuales son transmitidos por HBO y Cartoon Network.  En ellos se narran historias de terror las cuales se distinguen por su originalidad gracias al trabajo del proceso creativo. Mismo que proyecta su calidad en el doblaje, animación, escritura y música pues estos elementos construyen grandes piezas en tan solo 20 minutos.

La diégesis general funda el macro relato de una escritora mexicana del siglo xix quien lleva 150 años encerrada en un espacio extraño e inestable. No obstante, ahora tiene la fuerza suficiente para pedir ayuda a quien se acerca a escuchar sus relatos los cuales generan un vínculo tan sólido que es capaz de transgredir los límites de la cuarta pared.

Por lo anterior este proyecto, como pocas cosas en el entretenimiento televisivo y de straming, despierta un cúmulo de emociones en su público invitándolo a formar parte de su historia. Ello porque desde el inicio se reitera que un arte como la escritura es posible solo por sus lectores. Es decir que, sin las personas sentadas al otro lado de la pantalla, Frankelda no tendría fuerza para escapar.

Esta obra dirigida por los hermanos Arturo y Roy Ambriz Rendón apuesta por la construcción de un tema profundo que invita a la reflexión partiendo de la lectura de otras realidades. Cada capítulo conserva un mensaje noble y esencial respecto a la formación de la infancia. Algunos de los tópicos que surgen son; la valoración de los deberes y sus recompensas, la aceptación personal y física y el cultivo de la pasión artística como una virtud que no distingue edad ni género.

Gracias a estas reflexiones cada personaje es un ejemplo de los miedos internos que se cultivan desde temprana edad por diferentes razones. Temores ontológicos que se construyen y proyectan en una gran cantidad de personificaciones. No obstante, esta meditación filosófica es descrita de manera concisa a través de la naturaleza oculta de los sustos y su necesidad de infundir miedo en los humanos. Lo anterior se consigue por la flexibilidad del formato infantil, la cual lo vuelve un logro aún más importante porque rompe con el estigma en donde lo simple es un fundamento de la percepción “ingenua” que caracteriza a la niñez .

Además de lo señalado por la experiencia, está columna agrega la metáfora perfectamente lograda en la cual se representa, en dos niveles un problema, del arte en México. Esta problemática en el primer nivel es la censura de las obras hechas por mujeres quienes, al igual que la protagonista, fueron obligadas a permanecer a la sombra pese a los productos de su talento los cuales son completamente reconocidos.

Algunos nombres continúan en el anonimato,  volviéndose cautivos de prejuicios sociales impuestos por la visión machista que controla gran de parte de esta diciplina. Dicha característica se trasladada directamente por el tema del terror, ya que muchas artistas mexicanas en este género como Inés Arredondo, Guadalupe Dueñas y Amparo Dávila sufrieron en vida la limitante editorial por escribir “cosas que una mujer no debería pensar”.

Finalmente, además del prejuicio hacia las mujeres escritoras, se muestra la difícil tarea de ser un artista en México pues, desde sus creadores hasta su representación en la ficción, experimentaron la falta de apoyo en toda la extensión de la palabra. ¿Cuántos productos no se han perdido por este abonado del área artística? ¿Cuántas ideas se quedan en el borrador por los miedos inherentes a estas existencias?

A pesar de esta problemática, nace el deseo de una creciente reivindicación a través de las nuevas plataformas pues, como medio de difusión actual, son aptas para promover el mérito local e internacional del trabajo de estos grandes artistas. Profesionales que brindan al público una óptica maravillosa donde la lectura se lleva dentro y fuera de su creación. Por ende, el colectivo de consumo tiene el compromiso de apoyar a un bien que es mutuamente enriquecedor.