En la vida de Gregorio Condori Mamani encontramos una alternancia de realidades y mitos | de la sección ENCUENTRO CHALADO

Entrega de la sección ENCUENTRO CHALADO, de Jasmin Carmina

En la vida de Gregorio Condori Mamani encontramos una alternancia de realidades y mitos, mitos que dan sentido a su vida y a muchos de los runas. Fue el trabajo de Ricardo Valderrama Fernandez y de Carmen Escalante Gutierrez el que dejó ver esta biografía cantada en quechua, fue a través de la oralidad que se reconoció tremenda travesía, tragedia, vida que recorre las montañas siendo pastor de ovejas y rayos, de la ciudad apestada de un sin sentido (más para un cargador) y del ejército de una guerra ficticia.

“El relato de Gregorio hace oír una voz completamente propia de la vida andina. Él no se asombra de lo nuevo como el cronista del siglo XVI; no trata de identificarse con algo que no es suyo como el autor indigenista; tampoco analiza y descuartiza el material como el antropólogo. Describir los trabajos agrícolas para él es evocar Pachamama como una realidad viva y cercana; es evocar la lucha épica del arariwa, recién casado, desnudo al salir de la barriga de su madre (¿su propia madre o Pachamama?), con kerosene y honda, contra las nubes negras para proteger la cosecha contra el granizo y el rayo. No hace falta enumerar los paralelos con ideas incaicas, pero si queremos comprar en esta descripción su evocación del ayni- que ya no se hace en el Cusco ni en los pueblos jóvenes que son como casa de condenados, donde todo trabajo es por plata- con lo que evocó otro hombre Andino, desarraigado y andariego como Gregorio, en uno de sus gritos más emocionados.” Dice R.T. ZUMEIDA.