Tríada Primate

Poesía y Humanidades

Infusiones y sampleos de los 8 bits: Broadcast | Miscelánea WAV #09

7 minutos de lectura

Miscelánea WAV #09, una columna de Enrique Chávez


La contingencia sigue dando buenos madrazos y esta semana me quedé sin el dinero suficiente para pagarme el Spotify Premium. Es bien gracioso reaccionar y darte cuenta de que cosas tan simples como esperar a los anuncios o no lograr pasar de rola se convierten en algo bien significativo para nuestras vidas capitalistas de mierda. Ni pedo, el show debe continuar. No tiene nada que ver con la columna, pero aquí me siento un poquito en confianza para soltarme y compartir mis penas (o pendejadas). Además, para eso está el salvador de los sufragistas y dementes melómanos: Bandcamp. Así ya no hay tanto relajo.

Pero vamos a lo que nos importa. Si existe un género musical al que yo no le entrado de lleno, por una u otra circunstancia, probablemente sería la música electrónica. Llámese dubstep, house, techno, trap, etc., todavía no llega mi etapa de raves y desmadres neón, y aunque sí tengo compas metidos en estos relajos desde cierta observación empírica, no es que yo esté muy al tanto de cómo va el movimiento. Sin embargo, y muy aparte de los subgéneros categorízados en ambientes de antro y cavernas a la luz del día, en todo este universo existe un terreno experimental que nos introduce a ritmos más sutiles, periféricos y anclados en una deconstrucción de lo que conocemos como “música electrónica” y todo lo que conlleva.

Si yo pudiera hablarles de una banda que se encuentre bien arraigada a las mutaciones analógicas y sampleos de una música neo-psicodélica, electrónica-experimental, alternativa y etérea, creo que podría mencionarles a Broadcast, un dúo de Inglaterra integrado por Trish Keenan y James Cargill que data de los lejanos años de 1997 y que terminaría “informalmente” por ahí del 2011 con la muerte de Trish (chale).

Broadcast es una banda a la que le tengo cierto cariño por rolas y experiencias específicas. Hace ya un par de meses que me adentré muy superficialmente al proyecto, y mientras buscaba un artista para compartirles esta semana me volví a topar con sus sampleos atarianos, riffs descuadrados, ritmos saturados y voces angelicales. Esencialmente, mi relación con Broadcast comienza y termina en su álbum Tender Buttons[1] (2005). ¡Qué joyita de álbum! Es bien difícil encontrar una banda que en un principio te suene “rara” pero intuitiva, y Broadcast es un gran ejemplo de cómo recuperar las viejas descomposiciones y ráfagas de los juegos de 8 bits de Atari o NES y cuajarlos en medio de un paisaje experimental y encantador.

Aventarte una rola de Broadcast es un tanto difícil si no estás acostumbrado a ese sonido chirriante que rodea a toda la biblioteca de las consolas mencionadas anteriormente, pero tampoco es que vaya a ser un factor dominante para no acercarte a esta bandota y su música. La banda es “normal” en cierto aspecto y no le pierden a ese sonido de guitarras armoniosas-distorsionadas, batacas minimalistas, bajos furtivos y voces-percepciones agudas. Lo más “extraño” en Broadcast es que sí le meten muchos efectillos de sintetizador que le dan ese toque crunch y friki a sus rolas, además de tener sampleados la mayoría de los instrumentos cuando ejecutan en vivo. Eso para mí es algo bien especial y no tanto un impedimento para abstraerse en la nostalgia de este proyecto. En síntesis, Broadcast es una banda que-no-es una banda. No sé si yo lo catalogaría directamente como un proyecto de electrónica porque neta que no suena a eso, pero vamos a darle el beneficio de la duda a lo que diga Wikipedia.

Como ya dije, Tender Buttons es una cosa bien deliciosa de escuchar y un trabajo clave para entender cómo funciona Broadcast. A pesar de eso, la banda tiene otros álbumes que a simple vista también comparten estos ambientes neo-hipnóticos y proto-noventeros. Si hablamos muy al tanteo (porque ya les dije que la neta no he escuchado a consciencia los demás materiales), el álbum que más se acerca al Tender Buttons sería The Future Crayon[2] (2006), una suerte de refrito sonoro con las mismas características pero que eclosiona en un nivel mucho más estructurado y “natural”. The Future Crayon es algo así como una antología recopilatoria de algunos discos/sencillos previos de la banda, y de aquí también podríamos conocer de qué va el sonido futurista de los compas.Ya separándose de estos rollos estéticos, Broadcast también se ha aventado a componer soundtracks originales para pelis y demás híbridos de laboratorio como lo son Broadcast And The Focus Group Investigate Witch Cults Of The Radio Age[3] (2009) o Berberian Sound Studio[4] (2013, póstumo a la muerte de Trish), dándole otro enfoque a las constantes experimentaciones de su música. Hay para dónde escogerle con estos compas, así que ustedes tranquilos.

Lo que más me gusta de la banda es que es un tipo de música electrónica que no requiere ser estruendosa o invasiva para ser enérgica. Todo lo contrario: el sonido de Broadcast llega a un punto donde todos esos sampleos y sintetizadores te hacen bailar o desfallecer. No es la típica música con beats loopeados ni pulsaciones netamente digitales, sino un tipo de envoltura que recrea la sensación de escuchar una banda completa con un toque de drama y mitología íntima. La sensación que provocan es nostálgica y cálida de a madres, y yo creo que por eso se siente mucho más cercana y encantadora.

La voz de Trish y su lírica también tienen mucho que ver con el mood creado en Broadcast. Mientras que James se avienta todo el rollo de los beats y sampleos, Trish inicia su discurso desde las sombras como una entidad atemporal, empática y cuasi poética. Esta fusión entre los “instrumentos” y la voz es de las cosas más identificables e interesantes en la banda porque le da cierta magia a todo el contenido sonoro que nos estamos chutando. El embrujo del dúo interactúa desde temas como la consciencia, la experimentación del mundo, la identidad del yo frente al y la naturalidad de las cosas a través de varios destellos sinecdóticos donde la atención al detalle es el origen de sus conceptos: “I found the fragance separate to the flower / In all the logic I was lost / I found the fair long blossom to be sour / And beneath the soil, the real cost (I Found The F); “You and me in time / The river flows down / The flowers grows up / The snow makes no sound / On the mountain top” (You And Me In Time).

El Tender Buttons es un gran ejemplo para comprobar cómo Broadcast pasa de la experimentación al orden, de lo acústico a lo eléctrico y de lo electrónico a lo analógico. Este álbum es un recorrido firme y sincero por varias espinas de una misma médula, atemperando sus propias condiciones para lograr un material único en su tipo. I Found The F, Black Cat, la homónima Tender Buttons, Bit 35, Michael A Grammar, Subject To The Leader, Minus 3 y You And Me In Time son rolas que mueven algo dentro de ti y jamás te sueltan. Yo me atrevería a decir que el álbum se siente incluso como un soundtrack de drama sci-fi matizado desde un videojuego de antaño, porque tiene varias rolillas que podría encajar de huevos con algunos diálogos de RPG o en backgrounds de batallas vehementes contra aliens cabezones en 16 bits. Tender Buttons es un especie de recorrido arrítimico e incómodo, pero que no deja de ser etéreo y bello según sus posibilidades.

Sin dudarlo, Broadcast es un referente de su género y una de esas joyitas ocultas que sólo los buenos (y viejos) samaritanos comparten de vez en cuando. Es una lástima que el proyecto haya “terminado” tal y como lo conocemos. Ya topándolos más a fondo se me figuran más a un dreamgaze malformado, casi tirándole a un synthpop con ciertas líricas proto-haiku donde utilizan el paisaje como vehículo hacia el descubrimiento. Fuera de ese desmadre medio conceptual, la banda es una chingonería que deben comerse una vez por lo menos. También hay que decirlo, es un proyecto que debe agarrarte desprevenido para doparte. Puede que no conectes con ellos de un momento a otro, sobre todo porque los sintetizadores se roban la atención de cada rola, pero es imposible sacarlos de la mente cuando ya te tienen al borde del abismo y te crees que una banda se está chutando un set presencial. En fin, Broadcast: la música electrónica menos electrónica de los primeros años de este siglo.


Notas

[1] https://broadcast.bandcamp.com/album/tender-buttons
[2] https://broadcast.bandcamp.com/album/the-future-crayon
[3] https://broadcast.bandcamp.com/album/broadcast-and-the-focus-group-investigate-witch-cults-of-the-radio-age
[4] https://broadcast.bandcamp.com/album/berberian-sound-studio