Tríada Primate

Poesía y Humanidades

La poesía maquinal llenará de palabras rotas pero bellas los últimos años de la humanidad o sobre el caso Eugenio Tisselli | Fragmentos de líneas fantasmagóricas #06

8 minutos de lectura

Fragmentos de líneas fantasmagóricas #06, una columna de Juan García Hernández 


En el presente texto, nuestro objetivo radica en aproximarnos a la obra del poeta y académico mexicano Eugenio Tisselli, para re-pensar acerca del proceso de escritura maquinal entendido a partir de un modelo que nos habilita a desarrollar una poesía fluida la cual fija su soporte en el ecosistema de la web. Para visibilizar este proceso centraremos nuestro análisis en dos instancias. Por un lado, revisaremos un par de fragmentos correspondientes al Manifiesto para la destrucción de las máquinas, con el fin de tejer un posible marco conceptual de su propuesta, después fijaremos nuestra vista en algunas ideas que encontramos en el texto titulado Sobre la poesía fluida. Finalmente, dejaremos testimonio de nuestra propia experiencia alrededor de uno de sus proyectos.

Como el mismo poeta ha reconocido en múltiples entrevistas, la poesía electrónica, maquinal o simplemente la creación artística “creada” por máquinas aún no tiene muchos lectores, quizá en el panorama anglosajón este tipo de quehacer es mejor recibido que en otros, sin embargo, el número de lectores y escritores que se dedican a este tipo de prácticas literarias se ha acrecentado en la medida en que se ha abierto camino a distintos públicos, entre uno de ellos, Latinoamérica, prueba de esto es justamente la diversidad de escritores que han asumido la responsabilidad de la palabra en virtud del contexto digital, este hecho lo comprueba la obra de poetas como Ana Medina, Nadia Cortés o Martin Rangel, entre otros. Y por supuesto, un agente que ayudó a trazar el camino de la poesía maquinal en México fue Eugenio Tisselli, nacido en 1972 formado como programador y con estudios de posgrado en artes digitales, ha desarrollado una amplia producción en donde se entrelazan la literatura, las tecnologías digitales, ciencias ambientales y el trabajo en comunidad, es decir que su obra transita sobre una vía marcada por la transdisciplinariedad. [1]

En esta ocasión, reuniremos nuestros esfuerzos en tratar de bosquejar un cierto marco conceptual desde donde podamos aproximarnos a la obra de Tisselli, vale decir que este intento puede estar condenado al fracaso, pues las referencias teóricas y artísticas del poeta recorren desde la filosofía de Badiou hasta el movimiento literario francés denominado OuLiPo.

Para emprender nuestro análisis, conviene dejarnos estremecer por algunos fragmentos de su Manifiesto[2] firmado en 2006, es decir, ya hace más de 15 años, en él encontraremos algunas proposiciones que ameritan la reflexión.

3. La conexión significativa entre símbolo (palabra) y señal (realidad) se ha roto de manera irremediable, debido a los abusos lingüísticos de ámbitos como la política, la comunicación a nivel masivo, el entretenimiento, la mercadotecnia y el consumo salvaje y excesivo.

4. Ya no es posible “hacer sentido” todos los significados se han vaciado. Vivimos en la era de los cascarones huecos, las nociones de verdad y mentira, por ejemplo, han perdido todo su peso específico ante la generalización de la charlatanería. [3]

En función de los últimos extractos, resulta viable resaltar dos ideas fundamentales; el resquebrajamiento del lenguaje y la vacuidad de la palabra se materializa en la universalidad de la charlatanería. Respecto a la primera cuestión, quizá la más sencilla de visibilizar, pues como sabemos a lo largo del siglo XX, áreas como la fenomenología, el estructuralismo o inclusive el psicoanálisis se han encargado de tematizar el lenguaje a partir de la posibilidad que se abre cuando las palabras y las cosas materiales se repelen a tal grado que comprendemos al lenguaje a partir de su propia autoreflexividad, y que dicho sea de paso este ensimismamiento del lenguaje es impulsado por la literatura del siglo XIX, para confirmarlo basta con revisar los poemas de Mallarmé. No obstante, el artista mexicano va más lejos de este planteamiento al advertir que la aparente relación entre palabras y cosas, ha devenido en mero recurso disponible para el desenvolvimiento de la política, los mass media y por supuesto, de la lógica del capital.

El hecho de que el lenguaje se convierta en mero recurso, conlleva a la peligrosa circunstancia que enfrentamos en el presente, en la medida en que ya no hay lugar para reestablecer el sentido, por tanto, asistimos a una era hueca, es decir, un tiempo en donde los conceptos, percepciones o interpretaciones, dejan de tener su arraigo, su fundamento, este pérdida, trae consigo una especie de sublevación de la opinión, o sea la tendencia de establecer como  referente del “pensamiento” cualquier enunciado que sea compartido en la esfera pública. Para ensanchar este apunte, podríamos darle un vistazo a la polémica crítica de Byung-Chul Han, en particular sobre el texto La expulsión de lo distinto.

Los argumentos anteriores nos permitieron diagnosticar o quizá únicamente intuir, cuál es la situación del lenguaje en nuestro presente, en consecuencia, resulta viable preguntarnos, ¿Cuál será la situación de la poesía en estos tiempos marcados por el contexto de lo digital? Dicho esto, veamos lo manifestado por Tisselli:

8. muy poca energía y espíritu le quedan al hombre después de haber creado, tanto en la literatura como en el arte, lo creado tiene sentido solamente cuando es difundido o exhibido públicamente; esto lleva al “creador” a realizar esfuerzos extenuantes y a recurrir a extremos humillantes. La crisis del lenguaje y la sobreabundancia de estímulos convierten a las creaciones publicadas en una mera caricatura de la profundidad buscada, y las condenan a una muerte súbita y miserable, que puede evitarse solamente si el mercado necrófilo las mantiene con respiración artificial

11. La poesía maquinal, desarmada y fragmentada, busca ser construida en la mente y el espíritu de cada lector, si el mundo es ya ininteligible, la poesía maquinal es, en un primer momento, un “manual de uso” para reaprender a leerlo, sin embargo, la poesía maquinal aspira, en un futuro urgente, a ser leída única y exclusivamente por máquinas. Liberación también para el lector humano. [4]

También podemos destacar dos ideas importantes; la crisis del lenguaje y la abundancia de estímulos son factores que llevan a las obras a su muerte suspendida en aras del mercado. Y la otra cuestión que salta a la vista es que la poesía maquinal puede ayudarnos a re-leer nuestro abismal mundo. En el caso de la primera idea subrayada, me parece evidente el modo en que atestiguamos aquel circo patrocinado por el mercado, cuando afrontamos realidades en donde “la vida literaria” es una organización para no leer, un tipo de organización cuidadosamente moldeada en función de intereses económicos. Pero, si aquella es la caracterización de nuestra época en términos de literatura, desde qué lugar podremos dar el salto para revestirnos vitalmente del abismo que decidimos ignorar pero que nos mantiene de pie y que a veces lo nombramos mundo, en suma, ¿puede la poesía resistir al sin sentido, la vacuidad e incluso la inconmensurabilidad de nuestro mundo de hoy? Por ahora, la pregunta nos rebasa, sugiero volver a los instructivos para conservar al menos una dirección en el camino.

Estos manuales o instructivos, bien los podemos encontrar en la poesía maquinal y tal es el intento de Tisseli, quien reflexiona sobre la oportunidad de distinguir a la web ya no únicamente como un océano reflejado en nuestros ordenadores, sino más bien como una suerte de nube, que se constituye a partir de un proceso complejo de interacciones químicas, claro que ahora la nube ya forma parte del léxico cotidiano de internautas, pero lo señalado por el artista nacido en 1972 más bien pretende reestablecer el modo en que valoramos las prácticas de escritura, para comprobar esto, la siguiente cita puede ser esclarecedora.

Al escribir en la Red, la sensación de estar soltando una gota de agua en un vasto océano adquiere proporciones físicas, transformando la propia manera en la que escritor escribe. De hecho, la mayoría de los escritores actualmente parecen contenerse para evitar que el océano crezca: no producen nuevos textos, sino más bien apuntan (enlazan) hacia las escrituras de otros. Podemos ver esta forma de enlace-escritura como la transferencia de un fluido a través de una red de canales compleja y dinámica. Una red de escritura fluida se crea así, al trazar caminos textuales visibles entre ideas que, de otra manera, posiblemente permanecerían desconectadas. En su estado “natural”, la Red no es un océano, sino una nube.[5]

Conviene resaltar que esta nube, se conforma por moléculas de texto las cuales pueden ser pescadas o recogidas de hipertextos o bases de datos, usando aplicaciones que faciliten la interacción entre ellas, como sabemos la web está prácticamente construida a partir de texto, de ahí la posibilidad de que el lenguaje pueda transformarse en material, y en consecuencia asumirse como un fluido, cabe enfatizar que esta fluidez yace subordinada a la inmensidad de un enorme campo semántico, y la finalidad de la poesía maquinal sería precisamente, “juntar moléculas previamente dispersas en pequeñas “perlas líquidas” de texto transformado: un cambio de estado poético”[6]

Para ilustrar lo anterior, revisemos el proyecto PAC, (Poesía asistida por computadora), que consiste en “una aplicación en línea, programada en lenguaje PHP, y definida como “una herramienta para poetas bloqueados”. PAC permite al escritor introducir una frase y obtener como resultado una versión transformada de esta”[7]. La aplicación asume la tarea de trabajar las palabras entendiéndolas como materiales fluctuantes, los cuales pueden ser alterados en virtud de los procesos que el escritor elija, pero, al mismo tiempo, el autor permanece “atado” a las transformaciones que genera la herramienta, esto lo convierte en una especie de editor o como menciona Eugenio Tisselli, en el simple corrector de estilo. Al final, obtenemos un resultado que puede ser editado infinidad de veces, dando paso a obras de un amplio volumen, es decir que los 700 versos que parecían imposibles de elaborar ahora son “creados”. Somos el medio o canal del lenguaje, ya no lo poseemos.

Por último, les comparto una serie de “versos” como resultado de mi interacción en PAC. Los versos en cursiva son el resultado de mi experiencia con la aplicación.

verter infinitas gotas de texto sobre nuestra taza

verter infinitas gotas de libro de texto sobre nuestra Transfusión de sangre

jugando sobre la línea suspendida

actuando sobre el cable retrasado

Mi cuerpo es un manifiesto

Mis músculos tienen un efecto gordo para contener los papeles del habla


Referencias

  • Tisseli, E. (2017). Sobre la poesía maquinal, o escrita por máquinas un manifiesto para la destrucción de los poetas. En L. Concheiro, Manifiestos mexicanos contemporáneos (págs. 255-257). México: Taurus.
  • Tisselli, E. (2011). Sobre la poesía fluida . En S. Montesa, Literatura e internet nuevos textos, nuevos lectores (págs. 171-180). España: AEDILE.

[1] Para ver su obra artística, textos académicos o herramientas de software. http://www.motorhueso.net/
[2] Se puede escuchar al poeta leer el texto mencionado en https://youtu.be/M_vtoMU3kIk
[3] (Tisseli, 2017, pág. 255).
[4] Ibidem, p. 256
[5] (Tisselli, 2011, pág. 172)
[6] Ibidem, p.173
[7] Ibidem, p. 174. Lo interesante de PAC es que a diferencia de otras herramientas no depende de bancos de palabras o frases almacenados localmente, lo cual requiere necesariamente de la mediación del escritor. En el siguiente enlace puede acceder a la aplicación. http://motorhueso.net/pac/