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Los lamentos de La Llorona | OXIB NOJ #15

OXIB NOJ #15, una columna de Eleázar Adolfo Molina


En la época de cuaresma no solo vivimos nuestras tradiciones en torno a la pasión de Jesús. En Guatemala asistimos también al encuentro con espantos y aparecidos que deambulan en la tradición oral y se vuelven vida en relatos de personas que aseguran verlos.

De nuestros espantos, la Llorona constituye una rara excepción. No es solo nuestra o se limita su aparición a nuestras fronteras. De hecho si hablamos de la “autoría” del espanto, pecando un poco de malinchista, podemos mencionar que México y nuestra Guatemala, pelean el origen de la Llorona.

En México encontraremos referencias profundas y arraigadas de una antigua deidad Azteca de nombre Cihuacóatl, deidad que lanzaba gritos desgarradores por las calles y que la gente cuenta, antecedía las desgracias.

El origen chapín es más lúgubre y macabro. Una madre que comete homicidio de sus hijos en algunas versiones, en otras que aborta, provocando una locura extrema que la obliga a ahogarse y condenar su alma a buscar a sus hijos.

A lo largo del continente, podemos encontrar referencias claras a la Llorona, toda Centroamérica y el cono sur. El caso de Uruguay es el que más se diferencia de los demás, aunque se mantiene el hecho del grito desgarrador y el suicidio en la leyenda génesis, la conocen como la dama de blanco.

En varios lugares concuerdan los rasgos, gritos en la noche seguidos de los aullidos de los perros. Millones de testimonios que aseguran haberla visto, vestida de un blanco ultratumba, muchos dicen que llevan velo, otros que se cubre su rostro con su cabello al más puro estilo de la chica del aro. Flota y no camina.

 Se oye para cuaresma o para los primeros viernes del mes. En todo el continente existe una fascinación en torno a este ente sobrenatural. Que no puede pisar tierra santa, que busca los ríos, tanques o lagunas. Siempre busca el agua.

Conforme se da el flujo migratorio de nuestra gente, las tradiciones y costumbres avanzan. Ahora podemos mencionar que la Llorona se escucha distintas partes de los Estados Unidos, Europa o Asía, depende claro de la comunidad latina que se encuentre.

Es un espanto, aunque pueden ser varias Lloronas, varias Gritonas o Damas de Blanco. La leyenda no se puede encerrar a las fronteras, es un mito del idioma español. En cierto modo la Llorona es un recuerdo de nuestra infancia y el contacto permanente con esa otra realidad, la vida de los  muertos entre los vivos.