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Desde Argentina, con horror: Muere monstruo, muere | Por una senda oscura y solitaria #04

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Por una senda oscura y solitaria # 04, una columna de Ernesto Moreno


En su edición de 2018, el famoso Festival de Cannes, contuvo en su sección Un certain regard, que premia obras cinematográficas que tengan estilos y enfoques diferentes, que sean temerarias en su visión y que busquen el reconocimiento internacional, a la película argentina “Muere, monstruo, muere”, del cineasta mendocino Alejandro Fadel.

Fadel participó antes en Cannes con su aclamado largometraje “Los salvajes”, que fue su primera película, y ahora con esta segunda filmación, elaboró una especie de thriller policiaco de horror. Filmada enteramente en provincia, con actuaciones de profesionales locales, con una fotografía tremenda y planos bien trabajados, se nota el conocimiento técnico y oficio tanto del director como de su equipo. 

El argumento, sin embargo, no es tan claro; un equipo de policías rurales, intentan capturar a un asesino serial, que gusta de decapitar brutalmente a sus víctimas, que son al parecer, siempre mujeres que se encuentran en lugares alejados y desolados, a donde los gendarmes, siempre llegan tarde. Después de que Francisca, amante del policía Cruz es asesinada, éste comienza a investigar y busca la ayuda de David, esposo de Francisca y que está encerrado como principal sospechoso. A través de un viaje bizarro, poco a poco, Cruz descubrirá un patrón, mismo que los llevará al enfrentamiento final.

Para empezar, el hecho de que los personajes sean actores de la provincia, le brinda un elemento de autenticidad, en el lenguaje y en las formas culturales. A veces se pierde parte del entendimiento de una película, cuando la manera de hablar de los personajes es tan local, pero por otro lado, se gana en la construcción de una atmósfera que logra verosimilitud, que es el mismo recurso que usó Robert Eggers en su tremenda película “The Witch”, con la reconstrucción del idioma inglés del siglo XVI.

Retrata también, un tema muy delicado; el de los feminicidios. El monstruo es una entidad extraña, que se esconde en las llanuras desoladas de la región, y que furtivamente, ataca mujeres, las viola y las decapita. La construcción de la bestia, es aquella de una figura demasiado sexualizada, en donde una larga cola, que parece un tentáculo fálico, es usada para someter a las víctimas, para después cortar sus cabezas con una ingente boca que asemeja a una vagina dentada. Creo que la manera en que abordó el tema de la violencia sexual es incómoda, y podría molestar a más de una persona, ya que nunca aclara si el monstruo es una metáfora de lo que sucede en realidad; de hombres que asesinan mujeres, o si se trata en realidad de una cosa que no es humana.

Se trata sin duda de una película elaborada para un público reducido, para personas conocedores del tema de horror en específico, ya que contiene muchas alusiones al llamado “horror cósmico”, que es una idea literaria surgida principalmente del escritor norteamericano H.P. Lovecraft, en donde uno de sus elementos principales tiene que ver con el miedo a lo desconocido, pero no ya a hombres lobo, vampiros o fantasmas, como en el gótico o el victoriano, sino a entidades extraterrestres o extra dimensionales.

No es una película que recomendaría a cualquier persona, sin embargo, creo que a alguien que se considere fanática y conocedora del género, la encontraría interesante. Siempre es refrescante conocer la mirada que hay hacia el horror por parte de nuestra región latinoamericana, de nuestros países hermanos, ya que sin duda, entendemos la oscuridad de otras formas muy diferentes a los vecinos del norte, o de ultra mar.


Referencias:

  • Fadel, Alejandro, Muere monstruo muere, película argentina de horror (2018).
  • Eggers, Robert, The Witch, película norteamericana de horror (2015).
  • Lovecraft, H.P. El horror sobrenatural en la literatura, ensayo y crítica literaria, (1927).