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Nos sembraron miedo, nos crecieron alas | Apología de lo mundano #21

Apología de lo mundano #21, una columna de Paola Arce


“No soy libre mientras otra mujer sea prisionera, aun cuando sus cadenas sean distintas de las mías”
(Audre Lorde, 1984)

Este pasado veinticinco de noviembre fue el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la mujer. Tiene como antecedente el Primer Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe celebrado en 1981 en Bogotá, Colombia, donde se propuso este día en memoria de las hermanas Patria, Minerva y María Teresa Mirabal, mujeres activistas políticas asesinadas en 1960 por la policía secreta del régimen del presidente dominicano Rafael Leónidas Trujillo, cuyos cuerpos fueron descubiertos un 25 de noviembre. Fue hasta el año 2000 cuando la Organización de las Naciones Unidas designó oficialmente este día como el Día internacional de la Eliminación de la violencia contra las mujeres. 

Las hermanas nacieron en la provincia de Salcedo en República Dominicana, desde edades tempranas se opusieron a Trujillo y participaron activamente en la lucha contra su régimen. Trujillo estaba caracterizado por la cero tolerancia a las disidencias; en un territorio tan golpeado y devastado como es América Latina, su gobierno de 31 años es catalogado como uno de los episodios más sangrientos de la historia.

Las Mariposas, como eran apodadas, fueron constantemente asediadas y encarceladas por sus ideales políticos ¿Cuál es el papel de la mujer en la resistencia? Cuando una mujer participa en la lucha política, no sólo está expuesta a la muerte y la tortura como sus contrapartes masculinas, la violencia sexual es también un elemento de humillación y dominio que es una constante en este tipo de escenarios. Una de las características de las dictaduras es el desprecio y desconocimiento de la mujer como parte fundamental de la organización social y sus derechos humanos. Por siglos, se ha establecido el patriarcado sostenido sobre la justificación de que esta es la organización que permitirá el progreso de las sociedades, o bien la falsa ilusión de la pasada existencia de matriarcados que fallaron en su misión de desarrollo y sin embargo seguimos luchando por el reconocimiento y los espacios que por derecho nos pertenecen, Mientras una sociedad sea misógina, no podrá ser avanzada. No sólo conmemoramos la vida y lucha de estas mujeres, si no su determinación por no permitir injusticias y perseguir con talante su causa política incluso si eso significaba atravesar los más terribles horrores cada tanto. Este día enmarca la importancia de la enunciación y la memoria.

A 21 años del establecimiento oficial de esta fecha, y a 61 años del asesinato de Las Mariposas, la invitación es a la reflexión ¿Cuánto hemos avanzado en México para la eliminación de la violencia contra las mujeres? México sigue ocupando los primeros lugares en feminicidios del mundo, el derecho a la interrupción legal del embarazo sigue siendo un delito, de los 32 estados sólo la Ciudad de México (2007), Oaxaca (2019), Hidalgo y Veracruz (2021) cuentan con una ley que garantiza y permite la libre interrupción del embarazo antes de las 12 semanas de gestación. Mientras que, en todo el país es aplicable el aborto en casos de violación ¿cuál es el mensaje de esta determinación? Las mujeres no tienen derecho sobre sus propios cuerpos a menos que la interacción de un hombre esté presente. El problema que desconcierta tanto al sistema legal del país no es “ceder” o no el derecho al aborto, el problema es el reconocer el derecho a vivir libremente la sexualidad.

Por otro lado, el conocimiento y aplicación de la perspectiva de género en los medios de comunicación al cubrir noticias sobre violencia de género es nula, la moral religiosa y los esquemas naturalizados de la diferencia sexual continúan determinando los lugares que una mujer debe y puede ocupar. México es también el primer lugar en abuso sexual infantil y trata de personas; desaparecen, al día, 10 mujeres y niñas. La violencia contra la mujer es la pandemia que ha azotado al mundo, pareciera que es una característica inherente a la construcción de la sociedad como la conocemos, un virus mucho más peligroso y mortal, el machismo mata.

Con todo y el panorama desolador, la lucha feminista de los últimos años ha cosechado diversos triunfos. La ley General de Acceso de las Mujeres a una vida Libre de Violencia publicada en el año 2007 (y que se reforma constantemente), en su artículo 6 enuncia los tipos de violencia contra las mujeres:

I. La violencia psicológica. Es cualquier acto u omisión que dañe la estabilidad psicológica, que puede consistir en: negligencia, abandono, descuido reiterado, celotipia, insultos, humillaciones, devaluación, marginación, indiferencia, infidelidad, comparaciones destructivas, rechazo, restricción a la autodeterminación y amenazas, las cuales conllevan a la víctima a la depresión, al aislamiento, a la devaluación de su autoestima e incluso al suicidio.

II. La violencia física. Es cualquier acto que inflige daño no accidental, usando la fuerza física o algún tipo de arma u objeto que pueda provocar o no lesiones ya sean internas, externas, o ambas.

III. La violencia patrimonial. Es cualquier acto u omisión que afecta la supervivencia de la víctima. Se manifiesta en: la transformación, sustracción, destrucción, retención o distracción de objetos, documentos personales, bienes y valores, derechos patrimoniales o recursos económicos destinados a satisfacer sus necesidades y puede abarcar los daños a los bienes comunes o propios de la víctima.

IV. Violencia económica. Es toda acción u omisión del Agresor que afecta la supervivencia económica de la víctima. Se manifiesta a través de limitaciones encaminadas a controlar el ingreso de sus percepciones económicas, así como la percepción de un salario menor por igual trabajo, dentro de un mismo centro laboral.

V. La violencia sexual. Es cualquier acto que degrada o daña el cuerpo y/o la sexualidad de la Víctima y que por tanto atenta contra su libertad, dignidad e integridad física. Es una expresión de abuso de poder que implica la supremacía masculina sobre la mujer, al denigrarla y concebirla como objeto, y

VI. Cualesquiera otras formas análogas que lesionen o sean susceptibles de dañar la dignidad, integridad o libertad de las mujeres.

Esta ley también contempla la violencia comunitaria, política, laboral y docente, institucional y digital. En este año 2021 entró en vigor la Ley Olimpia que considera como delito divulgar, compartir, distribuir y publicar imágenes, videos o audios de contenido íntimo sexual de una persona adulta sin su consentimiento. Además, se habilitó en la Ciudad de México el Registro Público de Agresores Sexuales.

A pesar de los avances, vivir con miedo es una condición de ser mujer, esa indeterminación más allá de lo humano y su fundamento, se convierte en una seña de identidad de un grupo históricamente vulnerado no sólo en las grandes escalas de la legalidad y la organización social, sino en la “seguridad” de los hogares y por personas que decían profesar amor.

Este día es el símbolo de que ser mujer es una lucha incansable; ser hermana, hija, amiga, luchadora. Más allá de llenar las calles con mensajes, portar un moño naranja y asegurar que hemos cambiado, presentarnos como personas superiores y entendidas de lo que significa la violencia contra la mujer y tomar este día como una efeméride más en el calendario, debemos poner en perspectiva los logros y las deudas históricas que aún falta por subsanar, criticar nuestros propios esquemas de pensamiento y colocar las gafas violetas para no dejarnos determinar por el entorno, cuestionar, criticar y repensar.

La muerte física y simbólica de las mujeres revela una composición de huellas impunes del machismo y la misoginia en el país, pero se olvidan que el dominio no existe en la muerte.

¡Justicia! ¡Justicia! ¡Justicia!, Gritamos en las calles con la fuerza y el dolor que se expulsa de nuestro pecho.

Nos sembraron miedo, nos crecieron alas.